lunes, 27 de julio de 2009

Capitulo 9 – ¿POR QUÉ?

A la mañana siguiente, me desperté abraza a Hugo dormía placidamente me abalance sobre el y empecé a darle besos por toda la cara, el poco a poco fue abriendo los ojos y apareció una enorme sonrisa en su cara.
- buenos días mi niño, como has dormido.
- muy bien, pero el despertar a sido mucho mejor.
- ¿tu crees?- le dije mientras le hacia cosquillas.
- no cosquillas no.- y pare y el me cogido de la cintura y me acerco a el, estábamos los dos juntos el detrás mío los dos en posición fetal.- peke, ¿Sigues estando segura de venirte a Zaragoza a vivir?
- a que viene esa pregunta, pues claro.
- No es que ayer cuando estuvimos con tus amigos, se te veía muy feliz.
- ¿y? eso no tiene nada que ver.
- Ya, pero yo te quiero quitar de los tuyos.
- Mira peke, son mis amigos y lo seguirán siendo este donde este, ademas puedo venir aquí siempre que quiera, con que me traigas tu ya vale.
- Entonces…
- Entonces si estoy segura de querer ir a vivir a Zaragoza, además algún fin de semana podemos venir a pasarlo aquí, ¿Qué te parece?
- Por mi bien, solo quería estar seguro- se quedo cayado mirando el techo, al rato me miro fijamente- me alegro que no hayas cambiado de opinión, además tus amigos me caen muy bien incluso Eneko, me hace gracia.
- ¿gracia? Puff por que no lo has tenido 18 años detrás de ti, para colmo nació el mismo día que yo.
- Si, ¿Cuándo es tu cumple?
- El 24 de agosto cumplo 18.
- Quedan pocos días, por que no me lo habías dicho.
- No se, tampoco me lo había preguntado.
- Tienes razón, tengo hambre.
- Yo también, venga vístete te voy a llevar a un sitio a desayunar.
- Si, ¿a donde?
- A donde hacen las mejores tortillas del barrio.- bajamos las escaleras, en casa no había nadie, fuimos al coche y salimos de la urbanización, le lleve al casco antiguo de Vitoria, entramos en un bar pequeñito donde mi padre me solía llevar de pequeña.
- Ya estamos, te presento el santuario de la tortilla de patata.
- Creo que aquí vienes muy a menudo ¿no?
- Siempre que puedo, mi padre me solía traer aquí todos los domingos junto con mi hermano mientras mi madre se encargaba de la casa y de hacer la comida.- nos sentamos en una mesa yo fui a la barra- camarero, dos pinchos de tortilla de patata y dos vasos de leche templada- el camarero me sirvió rápido, me senté en la mesa y espere a que Hugo probara el bocadillo-y ¿bien?
- Mmm, esta buenísima.
- Jajaja, lo ves –dije orgullosa de mi, nadie me podía ganar en saber que era la mejor comida, tener una madre cocinera ayuda bastante.
- Tienes más sorpresas para mí.
- Todo a su debido tiempo-dije con una sonrisa picara- además si te lo doy todo de golpe, luego que soso todo, no crees.
- Si así es, peke que quieres hacer durante la mañana.
- Te enseñare Vitoria e iremos a casa a comer, luego yo iré con Eneko mientras tu vas a casa a ver a tu madre.
- Bien, pues entonces en marcha que el tiempo corre y esta ciudad es muy grande-pasamos la mañana por toda Vitoria, le lleve a la iglesia de la virgen blanca, también le explique la historia de la estatua de la plaza de la virgen blanca, lego estuvimos de tiendas; ya eran las 3:30 de la tarde así que fuimos para casa se había hecho tarde comimos y subimos a mi habitación eran las 4:45 y había quedado con Eneko a las 5 de la tarde.
- ¡dios se me ha hecho tardísimo! no voy a llegar.
- ¿Qué pasa peke?
- Nada, solo que mira que hora es y había quedado con Eneko a las 5, me va a matar.
- Que lo intente, si quieres te llevo.
- Y que nos pillen, no de eso nada. Dije agitando los brazos.
- Pues llámale y dile que llegaras tarde.
- Si eso are, no mejor le escribiré un mensaje- cogí el móvil y empecé a escribir.

ENEKO NO ME DA TIEMPO A LLEGAR A LAS 5 ESPERAME LLEGARE CUANTO ANTES. BESOS.

- ya esta, escrito ahora tu te vas a visitar a tu madre y le das recuerdos de mi parte mañana iré contigo.
- bien, peke …
- ¿Si? No empezaras ahora con…- me corto dándome un beso, que me hizo dar un vuelco al estomago.
- eso, que te quiero y que pásatelo bien.
- si no veas, ¡pipa!; Anda ve que tu también llegaras tarde.- me dio otro beso y se fue; yo me duche en un abrir y cerrar de ojos, como no tenia tiempo para secarme la Melena me eché espuma y me rice la melena, me puse mis aretes un pantalón pirata blanco y una camiseta de tirantes negras y las parisinas de mi tío, baje las escaleras corriendo eran 17:10 este hombre me iba a matar.
- guau, hermanita estas muy guapa.
- si no veas, me voy que ando tarde.
- ¿Hugo?-dijo Selene
- a, Hugo ha ido a donde tu madre, yo me voy que e quedado y llego tardísimo.
- vale, hasta la noche enana.- no me volví ni para mandarlo a paseo, me monte en el coche, cuando llegue eran ya las 17:35 había conducido como una posesa, llegue al parking del centro comercial aparque y salí del coche y me dirigí a la puerta central del centro comercial, hay estaba apoyado en la pared mordiéndose las uñas.
- Eneko por dios, no te han enseñado que si tienes hambre te compres algo para comer, no que te comas los dedos.
- si luego dicen que soy yo quien empiezo.
- si vale, dime para que querías que habláramos.
- esto…
- Eneko no tengo toda la tarde, mira vamos a ver si hay algo para que le compremos a nuestra futura aijada.- le tire del brazo y le hice entrar al centro comercial.- y bien.
- Melisa, prefiero que nos vayamos de aquí, quiero hablar contigo a solas.
- pero si estamos solos, dime que pasa- dije mientras entrábamos en una joyería.
- después de que salgamos de esta tienda.- yo me fui al mostrador.
- disculpe señorita.
- si buenas tardes que desean.-dijo la dependienta.
- me gustaría ver las medallas, es para una niña recién nacida.
- muy bien, como la quieren en oro blanco o oro amarillo.
- no se, Eneko como la quieres tu.
- a mi me gusta mas en oro amarillo, pero, de esas cosas entendéis mas las mujeres.
- a mi también me gusta mas el oro amarillo para un bebe.
- ya se a puesto de acuerdo con su novio.
- si nos hemos puesto de acuerdo- dijo Eneko corriendo.
- Eneko…- pero la chica se fue- por que no me has dejado decirle que no somos novios.
- que pasa que vas contando tu vida a cualquier desconocido.
- ja, mira Eneko teníamos un trato- en ese momento volvió a parecer la dependienta.
- haber están son las que tenemos, de aquí par abajo van de menor precio a mayor- dijo señalando el cajón que había depositado encima de la mesa, cogí una pequeñita era la virgen Maria, era muy bonita.
- Eneko que te parece esta-dije enseñándola el andaba mirando otras pero sin mucho interés.
- a mi me gusta, simple.
- señorita si me disculpa, aquí tenemos otra mas asequible.-dijo señalándome otra.
- perdone, el dinero no es problema si a eso se refiere- dijo Eneko un poco molesto.
- discúlpeme señor, yo no quería ofender.
- tranquila, no pasa nada- mire a Eneko- si te parece bien quisiera que le compráramos a la niña esta medalla.
- por mi perfecto, que cadena le vamos a coger.
- un momento, voy a por ellas.- la dependienta se fue.
- será grosera, como si fuéramos unos niñatos que no tuviéramos dinero.
- Eneko, compórtate.- apareció la dependienta, nos mostró toda la clase de cadenas que había.
- bien, ¿Cuál les gusta?
- a mi esta- dijimos los dos a la vez, cogiendo los dos la misma cadena, nuestras manos se juntaron pero al momento Eneko la quito.
- veo que están de acuerdo.
- si nos la llevamos.
- voy a envolverlo- lo metió en una cajita y lo envolvió- son 135 euros, como van a pagar con tarjeta o efectivo.
- con tarjeta, cobre de aquí- dijo Eneko sacando la tarjeta.- la dependienta cobro y salimos de la tienda.
- toma será mejor que la guardes tú, por que yo seguro que la perdería.
- si, de eso estoy segura, pero vamos a un cajero quiero sacar dinero para pagarte.
- no déjalo, da igual.
- no de eso nada, es el regalo de sus padrino y quiero pagar la mitad como se debe.- fui derecha al cajero saque 70 euros- toma, así en paz.
- pero que cabezota eres- íbamos saliendo cuando me tope con una tienda de bebes, en el escaparate había unos patucos rosas muy bonitos para recién nacida, entre sin pensar y los compre, a Eneko no le dio tiempo a reaccionar.- mira los e comprado para la niña ¿te gustan?
- si son muy bonitos, cuanto te doy.
- nada, este será mi regalo de mi parte.
- no de eso nada, yo también quiero participar.
- pues cómprale tu otro, entremos si quieres te ayudo a elegir.-entramos y anduvo mirando yo me quede parada en medio de la tienda no le iba ayudar tenia que buscar el solito.
- mira que te parece esto- me enseño un trajecito de bebe de camiseta de tirantes con su ranita, era de color rosa también a juego con los patucos.
- me gusta, no tienes mal gusto.
- lo se, perdone, me lo llevo ¿me lo pone para regalo?- lo compro y salimos de la tienda, Eneko tenia una sonrisa de lado a lado- me siento como un padre primerizo.
- jajaja, tu padre no te imagino o lo que es peor un Eneko junior jajaja.
- anda que una Melisa junior, te imaginas discutiendo los dos todos los días, jajaja.
- ya me encargaría yo para que me hija se defendiera jajaja.
- mejor ni pensarlo, bueno vamos que no se me a olvidado por que hemos quedado- nos dirigimos al parking y salimos de Vitoria estábamos a las afueras cogimos carretera dirección Bilbao, pero fuimos por carretera secundaria en mitad del monte Eneko paro el coche, estaba todo desierto.
- Eneko, ¿Qué hacemos aquí?
- ya te dije que quería hablar contigo a solas.
- ya eso ya lo sabia, pero ¿Por qué estamos aquí?
- por que aquí no hay nadie mas que tú y yo, además de lo que te quiero hablar es algo que solo podemos saber tú y yo.
- bien tú dirás.
- Melisa, por que fuiste a Litago.
- ¿perdón?
- contéstame.
- -bien, por que mi abuela me dejo una casa en herencia.
- ¡ha! Y que más, no has visto nada más en esa casa.
- Eneko que pasa, me estas asustando y por que tanto interés en Litago y por mi casa.
- Melisa- se sentó en un tronco que había al lado, se puso la manos en la cabeza- se que puedes hablar telepáticamente.- me quede cuaja.
- ¿Cómo dices? De que hablas.
- no lo niegues, lo vi en la piscina.
- Eneko, no entiendo nada- me miro y se acerco a mi, yo estaba paralizada no sabia como lo sabia el, me cogió de los hombros.
- Melisa no tienes por que negarlo, además- cogió mi cadena y la elevo mirando el ángel- veo que ya eres de la orden.
- pero como sabes todo eso-le mire, y comencé a temblar.
- Melisa te lo explicaré todo, pero antes has de prometerme que confiaras en mi- le mire a o los ojos, se le veía muy sincero y tristeza también en ellos.
- confío en ti pero no te negare que tengo un poco de miedo.
- yo jamás te haría daño, aunque me lo ordenen una y otra vez.
- Eneko ¿te lo han ordenado?
- si, además yo no lo are jamás, por eso te e traído aquí para prevenirte, quieren acabar contigo.
- pero ¿Por qué?, yo que he hecho y tu como sabes todo eso.
- ven sentémonos, te lo explicare todo.-me senté con el en el tronco, me cogió de la mano- Melisa has de confiar en mi- yo me solté de tu mano.
- ¿Por qué habría yo de confiar en ti?
- ¿vale? te lo explicaré todo y luego si quieres, decides si creerme o no.
- empieza, soy toda oídos.
- haber te han contado como comenzó todo ¿no? La historia de la casa.
- si
- habrá sido tu abuela, y te habrá dicho por que te llamas así, me refiero por que te llamas Melisa.
- si, pero a donde quieres llegar.
- es muy sencillo al principio, la primera Melisa dueña de esa casa fue tu tatarabuela hija de Melisa su madre y quien también tubo un hijo ese hijo no era de su primer esposo del chofer de la casa, ese niño se llamaba Jose, igual que su padre con los años el creció viendo a Miguel como su padre, por que lo había criado como a un hijo, pasado un tiempo Melisa su hermana se caso con un chico del pueblo y tuvo dos niñas, sus padres decidieron que ya era hora de dejar el hogar y dejárselo todo a su hermana, el no lo digirió muy bien , pasado un tiempo su mujer tuvo una niña y la llamo Melisa su madre estaba muy contenta pero, el quería que su hija fuera heredera, miguel le dijo que solo le podía dejar en herencia ser un brujo y ser vampiro, así concediéndole la vida eterna, el se lo tomo muy mal y desapareció, diciendo que se vengaría algún día, y que algún día uno de sus descendientes seria dueño de esa casa.
- todo por la una maldita casa, por eso me quieren matar.
- si por eso, y por que muerta tu no habría mas descendientes, entonces tendrían que dar la casa a la siguiente descendiente mujer
- pues ya me dirás ¿quien?
- esto hay una cosa que tu no sabes, mejor dicho que nadie sabe.
- y ¿bien? Eres tía ¿no?
- ¡que! De verdad como te pasas, Raúl es mi hermano.
- ¿Cómo? No ahora de verdad quieres volverme loca.
- no te miento, somos de misma madre, pero de distinto padre por eso tenemos distinto el apellido.
- pero si tu madre, es la misma que la de el entonces sois.
- si hermanastros.
- no veo la relación.
- es muy sencillo, mi madre descendiente de el hermano de tu tatarabuela, y nosotros también tenemos nuestra orden se llama también como la tuya- se saca del bolsillo las llaves y veo la misma pulsera que mi hermano.
- entonces si tú eres de la orden y tu hermano también eso quiere decir que Itxaso también lo sabe.
- si, y también pertenece a la orden y va a tener una niña, ¿lo entiendes ahora? Si tú mueres entonces…
- pasaría la niña a ser la futura heredera.
- eso es lo que pretender, pero nosotros no se lo vamos a permitir.
- nosotros, a quien te refieres.
- a Raúl y Itxaso y yo, a Itxaso se le ocurrió la idea que si te hacia madrina a ti y padrino a mi, nos daría un poco de tiempo para que no te matasen, si tu no llegabas a tener niñas tu podrías darle la casa a tu aijada.
- pero estas loco, mi abuela no me dejara hacer eso.
- no pretendemos hacer lo que quieren ellos, sino salvarte es que no lo ves.
- tengo que decírselo a Hugo y a mi abuela- me levante no atinaba a nada, estaba en medio del bosque sin saber como volver a casa, andaba de alante para atrás.
- no se lo puedes decir, desatarías una guerra, ¿no lo ves?
- no, no lo veo además tengo que hacerlo es mi deber.
- una cosa es el deber y otra el poder.
- no, eso no es así- mire al cielo y le mire a el, tenia miedo en los ojos- se que te la has jugado por mi, déjame solo decírselo a Hugo, se que has hecho algo muy grande por mi.
- Melisa, no quiero que sientas que me debas la vida, pero ahora no se la pongas en bandeja.
- Eneko tarde o temprano se darán cuenta, no hay otra salida.
- si la hay y la estado poniéndotela en bandeja todos estos años.
- si ¿Cuál? Si ni si quiera sabia que mi familia era tan enrevesada hasta hace más de un mes.
- Melisa yo…-me cogió de las manos- yo…- se me quedo mirando a los ojos.
- Eneko, no lo hagas no quiero hacerte daño, ahora no.- algo en mi se estaba haciendo añicos, sentía lo mismo que cuando una ventana se rompe en mil pedazos.
- un poco tarde, tu no tienes culpa- me soltó de las manos- es mi decisión, yo solo quiero que tu estés segura y feliz.
- Eneko, yo no sabría como agradecértelo pero…-justo sonó mi teléfono móvil, era Hugo.

- peke, ¿Dónde andas?
- con Eneko todavía.
- y tu ¿Dónde estas?
- todavía estoy con mis padres, es que son mas de las 8 de la tarde.
- hay ¡dios! Es verdad –dije mirando el reloj, tape el móvil para que no se me escuchara y mire a Eneko y le dije en voz baja- Eneko cuanto se tarda desde aquí a mi casa.
- nada, en dos minutos estamos en tu casa.
- como
- dile que en 20 minutos, estas en casa.
- bien- destape el móvil-peke en 20 minutos en casa.
- bien hay estaré, te quiero.
- te quiero peke, hasta ahora.-colgué.
- Mel monta en el coche- me monte en el- ahora cierra los ojos.
- Hugo, tu también tienes poderes.
- si, tengo tres.
- si, ¿de verdad?- el tenia mi edad y tenia mas poderes que yo.
- pero ya hablaremos otra rato, venga cierra los ojos y…
- dime
- ¿me das la mano?
- ¿por?
- solo para que estas mas tranquila- le di la mano, sentí como me apretaba la mano- ya puedes abrirlos.- estábamos en el parking del bulevar.
- ¿Qué hacemos aquí?
- veras, has venido en tu coche, tendrás que volver en el ¿no?
- y tu coche.
- luego vengo a por el, no pasa nada, solo nos quedan 15 minutos venga, sino nos dará tiempo.-fuimos a mi coche, e hicimos lo mismo pero esta vez aparecimos en la cochera de mi casa.- bueno, quedan 10 minutos, así que sube y te arreglas un poco esa cara, no querrás que te vea con esa cara Hugo.
- me mire en el espejo del coche, había llorado un poco y tenia mala cara, no era para menos.
- gracia por todo Eneko- me acerque a el y le di un beso en la mejilla, no se por que pero lo hice sin pensar, lo hice por que así lo sentí; Eneko se puso rojo como un tomate.
- e… es… esto gracias, yo ya me iba, ya hablaremos.- y se fue, me fui a mi habitación y subiendo las escaleras hacia mi habitación me acorde de lo que habíamos comprado lo deje todo en el coche de Eneko seguro que lo perdería, llegue a mi habitación y para mi sorpresa todo estaba encima de mi cama, incluso lo que había comprado el, me fui al baño y me lave la cara me arregle el pelo y me di un poco de Rimel.-( peke ya estoy en casa)
- (ya voy) ya estoy aquí- pegue un bote, apareció detrás mía.
- no me des esos sustos-dije dándole un palmadita en el pecho.
- ¿me has echado de menos?
- si mucho.
- ¿que habéis comprado?-dijo fijándose en las bolsas encima de la cama.
- nada poca cosa, Eneko y yo le hemos comprado juntos la medalla con la cadena, que yo elegí; luego yo compre unos patucos y el le compro un conjunto de niña.
- amp, y que tal te lo has pasado.
- bueno, en el centro comercial bien, pero después…
- ¿Qué paso después? no habrá intentado… lo mato- dijo con furia.
- no es nada de eso, déjame explicarte.
- no entiendo nada.
- no me extraña, sino me dejas explicarte nunca lo entenderás; pero lo primero de todo prométeme que no se lo dirás a nadie y cuando digo a nadie significa a nadie ni a mi abuela.
- te lo prometo, pero no entiendo nada.
- -bien, haber por donde empiezo, intentan matarme.
- ¡COMO! ¿Quién?-dijo abriendo los ojos.
- haber te acuerdas que mi tatarabuela, la hija de miguel tuvo una hermana…- le conté toda la historia, el no me interrumpió ni un segundo, después de contarle todo, pensó y me dijo.
- peke, te das cuenta lo importante que es todo esto.
- si, pero le prometí a Eneko que no se lo diría a nadie mas que a ti.
- a muy bien, aliándote con el enemigo.
- ¡ENEMIGO!
- Si, recuerdas es el enviado para matarte..
- si lo se, también se que no lo ha hecho.
- ¿y? pero algún día lo ara es su deber, esta obligado por la orden.
- no lo ha hecho y no lo ara, confió en el.
- y esa confianza repentina, no me gusta nada esto.
- Hugo no veas fantasmas donde no los hay.
- bien si no hablamos con tu abuela, hablaremos con tu hermano haber que dicen.
- no, no y no.
- entonces, que hacemos.
- mira mañana quedamos con Eneko, Raúl e Itxaso; y hablamos con ellos y luego tomamos una decisión.
- bien como quieras, pero que sepas que no estoy de acuerdo; esto no me gusta, no me fió.
- Hugo, son mis amigos y me han protegido.
- por eso les doy el beneficio de la duda, pero lo veo todo muy bien pensado.
- peke- le dije abrazándome en el- ten un poco de confianza en ellos, hazlo por mi; mírame-dije atrapándole su cabeza con mis manos-te quiero.
- yo también a ti, anda llámalo ahora.
- bien, espera.-saque el móvil y marque el numero de Eneko.-Eneko, ven a mi habitación y trae a Itxaso y a Raúl.
- ¿Ahora?
- si por favor, cuanto antes mejor.
- en 10 minutos estamos allí- colgó.
- ya esta todo arreglado, en 10 minutos estarán aquí.
- hay Melisa, y si viene tu hermano y los encuentra aquí como lo vas a explicar.
- ya se me ocurrirá algo.- pasaron 15 minutos y no había aparecido nadie, iba a llamar por teléfono cuando aparecieron los tres.

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