lunes, 27 de julio de 2009

Capitulo 17 –ENTRENAMIENTO

Dormimos hasta las 12 de la mañana, y hubiera dormido mas sino llega a venir Raúl a despertarnos, pero es que era hora de levantarse, Itxaso estaba preparando fuera una barbacoa para celebrar lo de mi nuevo poder, era mucho mejor que aguantar esas fiestas con toda la familia que todo el mundo te dije lo maja y guapa que eres , y lo mejor de todo es que no te conocen de nada, mas que de un rato, pero eso se le llama aparentar e hipocresía; así que nos vestimos y salimos fuera.
- hombre ya habéis despertado- dijo Marcos mientras intentaba hacer fuego.
- si, gracias a mi-dijo Raúl señalándose a si mismo-por que estos dos duermen mas que una pareja de marmotas.
- anda calla, y ayúdame a partir estas chuletillas-dijo Itxaso, que estaba con un cuchillo cuadrado cortando las chuletillas.
- ¡lo ves! Te he dicho que no podrías tu sola, deja eso.-dijo Raúl intentando quitarle el cuchillo.
- que no, que me ayudes- dijo Itxaso, mientras Raúl le quitaba el cuchillo- vete con Melisa y así descansas un poco, hoy cocinamos los chicos.
- Itxaso- Itxaso me miro con cara de mala uva-jo no me mires así, anda ven acompáñame al baño- ella puso los ojos en blanco.
- ¡de acuerdo! Pero como haya una sola chuletilla quemada…
- anda, confía un poco, que no confíes en Raúl pase pero en nosotros dos-dijo Eneko señalándose a si mismo y luego a Marcos, con una sonrisa de triunfo.
- ¡hombres! Vamos Melisa-dijo Itxaso amarrándome del brazo, fuimos a la cabaña de Eneko.-bueno cuéntame.
- ¿el que?-dije para alargar el tema, sabia perfectamente a que se refería con ese (cuéntame).
- oye conmigo no te hagas la tonta-dijo dándome una toñeja.
- Itxaso, dame otra de esas y…-dije haciéndome la ofendida.
- mmm, va a ser que no ¿recuerda?-dijo señalándose la tripa- estoy embarazada y no puedes.
- eso te libra, por mi futura ahijada.-las dos nos echamos a reír.
- también será tu sobrina, jajaja
- si, cierto.
- bueno cuéntame como paso.
- no se ha sido un cúmulo de cosas.
- y…
- bueno la fiesta de la presentación de Raúl en sociedad, pues…
- que paso eso noche pillina.
- me beso, y bueno cambiaron las cosas, han sido muchas cosas en poco tiempo, y luego en Grecia discutimos y...
- que estuvisteis en Grecia, joder con Eneko si se lo monta bien, voy a tener que hablar con Raúl sobre estas cosas…
- ¡hey! pasó sin más, una cosa llevo a la otra y…
- ¿y?
- nada no ocurrió nada, y luego cuando descubrimos lo de Hugo pues, el muy cabezota seguía diciendo que tenía que respetar la relación de Hugo y mía hasta dejar las cosas claras ¿te lo puedes creer?
- si, me lo creo será cosas de familia, pero tu y Hugo no habéis aclarado nada.
- no, hice entrar en razón a Eneko-dije con cara de picarona y riéndome.
- si lo que no consigas tú...
- lose, venga vamos que llevamos mucho tiempo aquí.
- si es cierto, uff esta niña parece futbolista ahora me esta dando patadas, mira pon la mano aquí-dijo cogiéndome la mano y apoyándola sobre su tripa.
- si, se mueve- baje la cabeza a la altura de su tripa y le dije-hola Saray soy tu tía Melisa, sigue así.
- ¡oye! Como se nota que a ti no te duele, anda tira para afuera que al final te voy a pegar otra vez- salimos fuera y la comida seguía en proceso, ver a un chico cocinar algunas veces es una experiencia irrepetible, el mejor en cocinar era Marcos, pero Raúl y Eneko eran todo un poema, después de una hora conseguimos comer, la comida no estuvo mal, después de comer ellos recogieron todo, nosotras sentadas riéndonos de ellos y ellos aguantando sin decir nada.
- pues esto ya esta, todo recogido-dijo Raúl, cansado.
- si podría pasar-dijo Itxaso y las dos comenzamos a reír.
- mira que son malas-dijo Eneko.
- Eneko-dije mirándolo.
- vale, pero ahora toca entrenar.
- ¿Entrenar?-dijimos Itxaso y yo a la vez.
- si señoritas, entrenar-dijo Marcos desde atrás.
- Eneko, no vale.
- Mel, si que vale, no tenemos mucho tiempo nuestro cumple esta a la vuelta de la esquina y no podemos estar…
- calla, calla; venga vamos a entrenar tu dirás.
- haber Marcos y yo te entrenaremos con el poder de tele transportación.-dijo Eneko.
- ¿Por qué los dos, y no solo tu?
- uno debes llevar de carabina y otro por si pasa algo.-dijo Eneko
- mmm, espero que seas tu la carabina.
- si seré yo.
- pues a empezar. –dije entusiasmada, fui a donde Eneko y le cogí de la mano.
- bien, visualiza un sitio el que quieras y piensas que quieres estar allí ahora.
- vale, visualizo el instituto, ¿Qué os parece? allí no habrá nadie.
- pues venga-me agarro de las manos, cerré los ojos y lo visualice y desee con todas mis fuerzas estar allí, abrí los ojos y allí estábamos en mi instituto que apenas lo había dejado unos meses atrás.-Eneko, lo he hecho, abre los ojos.
- enhorabuena, suerte de principiante.
- ¡oye! Eso no vale, que pasa que te costo mucho pillarlo ¿no?
- no para nada-dijo en tono ofendido.
- Uy uy uy, jajaja, uno que yo me se no lo domino a la primera-dije riéndome y en tono de burla.
- Melisa, te vas a enterar.
- mira como tiemblo-y comencé a correr, mire para atrás y vi que ya no estaba, “mierda otra vez no” justo apareció delante mío, en ese instante pensé en los servicios de las chicas cerré los ojos y aparecí en ellos.-uff, por los pelos.
- Melisa, sal de hay se que estas hay dentro.
- no, no voy a salir, aquí no puedes entrar, chincha- y seguí riéndome.
- como no salgas, entrare.
- no me lo creo, si entras serás una niña.
- uno, dos…
- mírale, ahora que intentas enseñarme a contar ¿o que?-le dije pero el seguía en la suya.
- ocho, nueve y ¡diez!, te e dejado suficiente tiempo voy a entrar.- se abrió la puerta.
- Eneko, no puedes.
- o si que puedo, ahora no estamos mas que tu y yo.- dijo cogiéndome del brazo, fui ha hablar pero sentimos unas pisadas.
- ¿QUIEN ANDA HAY?
- ¡el guarda!-dije alterada, pero en voz baja.
- Mel venga vamonos de aquí, corre.-cerré los ojos y pensé en el campo de Eneko y aparecimos casi en el filo del lago yo no me moje, pero Eneko si.- muy graciosa, y ahora tendré que ir a cambiarme,
- mmm, como veas, así estas muy mono.
- ¡OH! Gracias pero no quiero coger un resfriado.-cerré los ojos y pensé en la cabaña, y aparecimos en ella.-gracias, voy a cambiarme- yo Salí fuera y estaba Marcos mirando de donde habíamos desaparecido.
- ya hemos vuelto.
- ¿Qué tal?
- bien, me tele trasportado unas 4 veces.
- ¿tantas?-dijo con los ojos muy abiertos.
- si, no es tan raro.
- bueno, si depende de cada uno y su miedo.
- yo no tengo miedo.
- se nota, pero enhorabuena y mi hermano.
- adentro cambiándose, es que yo e aparecido en tierra pero a el lo e dejado justo en el filo del lago y lo he mojado,
- jajaja, me alegro, pero creo que con cuatro hoy a sido suficiente, además a son las 5 de la tarde y es sábado hay que salir a pasarlo bien, así que me voy a ver a mi niña.
- vale, pásalo bien.-desapareció.-yo me quede sentada en la hierba, al rato apareció Eneko.
- ¿mi hermano?
- se ha ido, con la novia.
- ah, ¿y eso?
- ha dicho que el entrenamiento, ha sido suficiente por hoy, y que como es sábado…
- no se como no me extraña, ¿quieres entrenar un poco mas?
- en que
- haber tele trasportarte, parece que lo llevas muy bien, telepatita también, pero lo de las visiones eso no lo tengo muy claro.
- yo no he vuelto a tener ninguna, bueno tuve una pero en Litago y cuando lo vi me di asco pero ahora…
- a ¿Si?
- si
- que vistes en esa visión.
- yo me levantaba de la cama y no había nadie, y bueno tu entrabas y me decías buenos días cariño, o algo así, era justo en la cabaña.
- mmm, interesante ¿algo mas?
- no, no he vuelto a tener ninguna más.
- para tener visiones no hay ejercicios, solo hay métodos pero yo de eso no controlo muy bien, solo Raúl, y creo que en esto será mejor que te ayude el.
- si mejor, así me concentrare más.
- ¿te desconcentras conmigo?
- A veces-dije como si nada.
- bueno saberlo-sonrío- bueno, te debo una noche de pasarlo bien, así que primero nos cambiamos de ropa, bueno te cambias-dijo mirándome, estaba un poco sucia del jardín- y nos vamos de compras.
- ¿A dónde?
- tu solo ve cambiarte, te espero aquí.
- vale-fui a la cabaña y entre, me puse unos piratas veis y una camiseta marrón de tirantes y las parisinas blancas; Salí de la casa corriendo-¡ya estoy!-dije respirando entrecortadamente, me había vestido muy deprisa, y me costaba respirar.
- nos vamos a Francia, de compras.
- A ¿Francia?
- si, Francia es la cuna de la alta costura y quiero comprarte el
- vestido para tu cumpleaños, quiero que luzcas preciosa, como lo eres tú.
- Eneko… yo no puedo permitírmelo, si mi padre ve un movimiento de cuenta raro….
- ¿Quién te dijo que ibas a pagar tú?
- no de eso nada, una cosa es una coca cola y otra casa…- pero antes de que terminara Eneko me dio un beso.
- calla un poco, será mi regalo de cumpleaños, y no admito un no como respuesta.
- de acuerdo bichito.-dije sonriendo, dios me encantaban esos besos inesperados, me daban una inyección de alegría.
- lo ves preciosa, es mejor así.-me dio un beso en la frente- venga cierra los ojos-los cerré- ábrelos ya estamos en Paris.-los abrí estábamos justo dentro de la torre eifel, arriba del todo.
- Eneko no estaremos en…
- si el la torre eifel- estaba detrás mía y me agarro de la cintura y me dijo al oído- siempre que vengo aquí, había pensado mil y una veces como engañarte para traerte aquí y decirte cuanto…- se cayo, y mi corazón comenzó a latir mas fuerte, intente cambiar de tema.
- Eneko ¡la gente! No nos habrán visto a aparecer de repente.
- no tranquila, ven vamos aquí las tiendas cierran a las 8 de la tarde y son las 6 y nos tenemos que dar prisa.- bajamos las escaleras, peldaño por peldaño y jamás creí alegrarme tanto de haberme puesto las parisinas, entramos en diferentes tiendas, pero no encontrábamos lo que buscábamos.
- Eneko déjalo, es tarde y no encontramos nada-dije derrotada y sin ganas.
- anda deja de quejarte, mira entramos en una tienda más y si no vemos ninguno que te guste lo dejamos.
- una-dije alzando mi dedo índice.
- si una, ven vamos- me llevo por distintas calles hasta llegar a una tienda, que tenia en la parte superior de la tienda escrito “Donatela versace”, Eneko me agarro de la mano.- vamos, seguro que aquí encontramos algo para ti.
- ¿Estas loco? Con un vestido de esos compramos dos coches.
- dijimos una mas, así que vamos a entrar- yo entre, y me quede pasmada, había muchos vestidos de noche, una chica nos atendió muy amablemente.
- hola
- si ung momengto- ella se fue y apareció otra señorita.
- buenas tardes, disculpen por mi compañera pero el español todavía no lo domina muy bien.
- no pasa nada-dijo Eneko sonriéndola, yo me puse algo celosa la señorita no llegaría a los 20 años y estaba muy guapa rubia con el pelo rizado y extremadamente delgada.
- bien, en que puedo ayudarles- dijo ella sonriendo a Eneko.
- estamos buscando un vestido de noche para mi novia-escuchar la palabra novia de sus labios, hizo que en mi cara se dibujar la sonrisa mas inocente y placentera que jamás había dibujado.
- muy bien, dígame madame como lo desea.
- mmm, no se-dije bajando la cabeza.
- bien querida, si gusta le podría aconsejar varios vestidos.
- si no es molestia- dije con una voz muy inocente, ni quería pensar si nos cobrarían solo por la estancia si al final no comprábamos nada.
- esperen un segundo aquí, ahora mismo vengo- dijo ella, y se fue alejando al interior de la tienda, entonces Eneko la persiguió y le dijo algo , que no entendí muy bien, por que había hablado en francés, supuse; ella asintió y se fue y Eneko volvió a mi lado.
- ¿Qué le has dicho?-dije en voz baja para que solo lo escucháramos el y yo.
- nada, que no repare en gastos que eso no es problema y que me saque el mejor vestido que haya en toda la tienda.
- ¿estas loco? Ni siquiera se si voy a caber en el.
- anda deja de decir tonterías, primero ves los vestidos y si no te convence pues nos vamos y ya.
- de acuerdo- al terminar la frase me di cuenta de que la dependienta se dirigía a nosotros, con un carrito con vestidos colgando.
- madame, le he traído unos cantos, espero que sean de su agrado- espero a que dijera algo y siguió- madame, he traído este vestido rosa de escote cuadrado ¿Qué le parece?
- no me gusta, lo siento-fue a sacar un vestido rojo-no rojos tampoco, los lleve en la ultima fiesta y color vino tampoco quiero.
- muy bien, espere haber-descolgó los vestidos, dejando a la vista dos vestidos uno blanco de palabra de honor, con volantes desde la cadera, no me disgustaba pero no era mi estilo; el otro no pude parar de mirarlo y la dependienta se dio cuenta.-señorita veo que le ha gustado el traje gris.
- si, me gusta.
- ¿Por qué no se lo prueba?
- pero…
- pruébeselo, seguro que le queda muy bien
- me lo pruebo.
- acompáñeme- yo la seguí, Eneko se quedo allí- entre aquí-dijo señalándome una habitación en el medio había un sillón rojo, me senté- ahora mismo vuelvo voy a por unos zapatos-dijo mirándome las parisinas, desapareció en un momento vino con unas sandalias plateadas con una tira adelante y otra cruzada para el tobillo.-si quiere puedo ayudarla a probarse el vestido.
- gracias- me desnude y me quede con la ropa interior, ella me ayudo a colocarme el vestido, luego me senté en el sofá y me coloque las sandalias, la dependienta me ayudo-¡guau!
- madame le queda muy bien.
- parece hecho…- pero calle no podía creerme lo que estaba viendo, me quedaba que ni pintado, era gris de tela de raso y con otra tela de brillantes, mezclada, era de palabra de honor con un drapeado en el pecho, era ajustado en las caderas y luego iba abriéndose y haciendo una cola con las dos telas en posición vertical, una con otra así hacia que el vestido no fuera recto sino que tuviera hondas.
- Señorita si me disculpa el atrevimiento, yo no buscaría otro vestido, ese vestido le queda como un guante.
- gracias, disculpe podría…-dije mirando la puerta quería que Eneko me viese.
- si, ¿la ayudo?-dijo tendiéndome la mano, ande dos pasos y vi que caminaba sin dificultad.
- gracias, creo que podré sola-salimos de la habitación y Eneko estaba de espadas.
- perdón señor, aquí esta su novia ¿dígame que le parece?-Eneko se giro, y se quedo parado al fijarse en mi, tenia una cara entre tonto y asustado.
- lo sabia, no te gusta.
- pero que dices, te queda….-y sonrió- a mi me gusta mucho y ¿a ti?
- también, pero…- fui a buscar la etiqueta, pero no la encontré- perdone señorita, ¿cual es el precio de este vestido?-la dependienta abrió los ojos y sonrió.
- perdón madame, pero su novio me pidió que no le dijera el precio.
- o venga Eneko, que mas te da
- los regalos no van con el precio puesto.
- pero es muy caro-dije quejándome
- ¿te gusta?- esa pregunta me descoloco.
- si
- señorita, nos lo llevamos y las sandalias también.
- no deja, las sandalias no, ya tengo me las compre para el vestido rojo.
- tu lo has dicho las compraste para el vestido rojo, así que nos las llevamos también-volví a la habitación y me quite el vestido con la ayuda de la dependienta, estaba un poco enfadada no quería que Eneko se gastara dinero en mi.
- señorita, no se enfade su novio a querido hacerle un regalo de cumpleaños- yo asentí y salimos de la habitación yo cambiada y ella con el vestido en la mano; coloco el vestido en una funda y luego lo introdujo en una casa, los zapatos los guardo dentro de una caja de raso, con una lazada para que la tapa no se escapara, lo guardo todo en dos bolsas, cobro a Eneko y salimos de la tienda.
- Eneko, gracias.
- de nada, es tu regalo de cumpleaños por adelantado.
- no debiste gastarte tanto dinero.
- Mel, el dinero no es problema, así que deja de pensar en eso.
- vale, pues muchas gracias de todas formas.
- Mel, ahora vengo llevo las bolsas a casa y mientras tu…
- tranquilo, podré sobrevivir dentro de otra tienda, el desapareció y vi una joyería, bueno que menos tendría que comprarme un par de pendientes para el vestido así que entre y estuve mirando unos cuantos pero ninguno me llamaba así que le describí el vestido que iba a llevar puesto, entonces me mostró unos pendientes de oro blanco largos en forma de espiral, rígidos con una perla al final pero que no se salía del pendiente por que estaba atada por las espirales, pregunte cuanto costaba y me dijo que 240 euros, así que no me lo pensé mi padre me había dado dinero para que me lo gastase en lo que quisiese, me los compre, Salí de la tienda y vi a Eneko fuera, me dirigí hacia el.
- adivina que me acabo de comprar ahora.
- No se sorpréndeme-dijo sonriendo.
- no, tienes que adivinarlo, venga no es tan difícil salgo de una joyería.
- una joya.
- muy gracioso, eso no vale.
- un colgante.
- mmm, no frío frío.
- una pulsera.
- tampoco frío frío frío-me miro y se fijo en mis orejas.
- unos pendientes.
- si, ya te ha costado- saque la caja roja y la abrí, Eneko los vio cerro la caja.
- son preciosos.
- gracias, ahora vamos a cenar.
- si te voy a llevar al mejor sitio, Eneko pidió un taxi, le dijo algo al, taxista yo supuse que era hacia donde me llevaba, paro al lado del puente y había un puerto y en el había amarrado un barco, bajamos del coche y me cogió de la mano y me acerco al barco, entramos Eneko pidió una mesa para dos, el camarero nos indico una mesa en la azotea del barco.
- señor, en 20 minugtos el bargco zarpara-dijo mientras nos tendía las cartas.-cuangdo hayan decidido avísenme.
- muchas gracias- el camarero se fue-¿te gusta?-yo me quede sorprendida, ya que estaba anonadada.
- si mucho, esto es muy romántico, no te pega.
- ¿Cómo que no me pega?
- si eso, tu de romántico.
- ya ves la gente cambia-yo le sonreí.
- Mel, acaso no… ¿no te gusta?
- ¿Cómo? Claro que me gusta, pero que dices.
- me alegro-miro la carta-que vas a pedir.
- No se, yo el francés como que no es mi fuerte.
- Mel, si pasas las paginas también hay en castellano los platos- pase las hojas y vi que Eneko tenia razón, lo que hizo que me pusiera roja como un tomate.
- lo siento, no me había dado cuenta.-mire los platos- creo que voy a pedir de primero una ensalada cuatro estaciones ¿y tu?
- espinacas con bechamel. ¿y de segundo que vas a pedir?
- salmón a la plancha.
- yo pediré lo mismo- alzo la mano y el camarero enseguida vino.
- yo de primero quiero espinacas con bechamel y de segundo salmón a la plancha y con limón.
- ¿ugsted que desea?
- una ensalada cuatro estaciones de primero y de segundo lo mismo que el señor.
- para beber.
- agua-dije yo.
- si para mi también.-el camarero se fue, al rato sentí como el barco se movía, el camarero n tardo mucho en servirnos la cena, durante la cena Eneko me fue señalando los edificios mas importantes de Francia, después de cenar bajamos del barco y anduvimos un poco por las calles de Paris, ya eran las 3 de la mañana y Eneko tenia cara de cansado pero estaba feliz.
- Eneko son las 3 de la mañana, deberíamos ir a casa.
- si tienes razón-dijo un tanto cansado.
- se te ve cansado, así que el camino de vuelta me toca a mí.
- no se yo, es más difícil que ir al instituto.
- déjame probar, me abrace a el y cerré los ojos, y pensé en la habitación de la cabaña, un momento después pude sentir que hacia mas calor, entonces abrí los ojos estábamos en la cabaña.-Eneko ya estamos aquí, lo ves he podido.
- ya veo-dijo refunfuñando-princesa, tengo algo de sueño, voy a ponerme el pijama ahora vuelvo -y fue hacia el cuarto de baño, yo me quite la ropa y me puse el pijama, al darme la vuelta vi a Eneko.
- ¡oye! Cuanto tiempo llevas hay.- dije chillando y poniéndome roja.
- poco para mi desgracia-dijo sonriendo, y metiéndose en la cama, yo hice lo mismo y me metí en ella.
- gracias, ha sido el mejor regalo de cumpleaños.
- me alegro de que te gustase el vestido.
- no me refería solo al vestido, sino también a la cena, me gusto mucho Paris.
- de nada, ya iremos a mas sitios preciosa- me dio un beso en los labios y yo le correspondí.-te quiero preciosa.
- te quiero bichito.-le di otro beso, me acurruque en su regazo y me quede dormida, mientras sentía como el me daba un beso en la cabeza y le oía decir “te quiero”.

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