lunes, 27 de julio de 2009

Capitulo 25- ÁNGEL CAIDO

Estábamos en casa todavía, tomando un café y unas pastas, mi abuela me seguía hablando de este mundo nuevo, de nuestra familia.
- Melisa, el hecho de haberte traído aquí….es por que así lo decidimos tu abuelo y yo, como ya te habrás dado cuenta, a tu abuelo lo vamos a convertir.
- si, me di cuenta.
- queremos que estés en la ceremonia, pero hay un problema.
- ¿Cuál abuela?- me puse algo nerviosa.
- nunca había asistido ningún humano, es decir, solo el que esta a punto de convertirse, pero…
- -yo quiero que asistas- dijo mi abuelo, mientras me cogía de la mano y me la apretaba cariñosamente, siempre lo hacia cuando me ponía muy nerviosa.
- -por mi bien, ¿Qué problema hay?
- -es algo peligroso, cuando transformas a alguien la primera hora es peligroso.-dijo mi abuela algo preocupada- pero si quieres puedes negarte.
- -no abuela, yo quiero ir, además estarás tu allí ¿no?
- -si, pero habrá mas gente para protegerte.-dijo con una sonrisa; mire a Hugo, en todo el tiempo no había hecho nada, mas que estar mirando de un lado para otro maravillado.
- -abuela, Hugo esta ya aquí ¿os importaría que también estuviera el?- mi abuela abrió los ojos como platos, y Hugo me miro asustado.- no me miréis así, tan poco he dicho nada tan disparatado- dije un poco gritando.
- -Mel, yo no…-decía Hugo y le corto mi abuela.
- -si me parece bien, es tu novio.-algo en mi tripa se hizo un nudo al escuchar la palabra novio, ya que no era mi novio sino mi marido.
- -gracias señora, pero creo que no debería estar-dijo Hugo mirando a mi abuela, con la voz muy baja.
- -no digas tonterías chico-dijo mi abuelo- tu eres de la familia.
- -Hugo, yo quiero que estés allí-dije yo levantándome de la silla y yendo hacia el.
- -si tú quieres…-dijo en voz baja.
- -Melisa, Hugo, tenemos que ir a hacer unas cosas- miro a mi abuelo- cariño, tu será mejor que descanses en unas horas… descansa cariño.
- -hasta luego niño, me voy arriba a descansar.
- -que descanses abuelo- fui a el y le di un beso.

Salimos de la casa con mi abuela, hacia mucho sol; andamos entre el pueblo era hermoso a la vez que grande, podía haber cientos de casas si cabe, pero apenas se podían divisar todas a la vez, todas tenían sus propios terrenos; anduvimos un rato hasta llegar a un castillo, era grande y a la vez hermoso, se veía que era antiguo , cada piedra gris engarzada correctamente con la que tenia al lado, parecía hecho a lápiz, con las líneas trazadas perfectamente; nos adentramos en el castillo y mi abuela nos hizo ir a la planta superior, fuimos al final de pasillo y nos adentramos a una sala, parecía el altar de una iglesia, pero en la pared donde debía de haber los santos, solo había un gran ángel, tal como era el de mi colgante, tallado a madera, los techo había querubines dibujados, solo eso ángeles y mas ángeles; mi abuela me miro.

- Melisa, esta es la sala de convertimiento, la hemos redecorado y limpiado para tu abuelo, me gustaría que me dijeras que te parece.
- yo… me parece muy bonita, aunque hay muchos… ángeles.
- si, no íbamos a poner santos; además es algo ilógico; pero a lo que iba, allí adelante será donde convirtamos al abuelo, ves aquellos asientos alrededor de la mesa.-asentí son la cabeza- bien, en el del medio te sentaras tu, y a tu mano izquierda Hugo- se callo y al ver que nadie hablaba seguí hablando- bueno, ahora tendréis que ir con tu madre-dijo mirando a Hugo- ha de haceros las túnicas.
- ¿túnicas?
- si, es que con la ceremonia, tenemos varias costumbres, solo es para la ceremonia, después en la fiesta podréis como queráis.
- esto-dijo Hugo mirando a mi abuela- ¿Cómo podremos salir de aquí?
- muy sencillo, tele trasportándose, una vez que entras aquí por una de las puertas, puedes salir y entrar como gustes.-yo mire a Hugo y mire a mi abuela.
- vale, pero podemos ir mañana a donde Pili, es que tengo algo de sueño.
- cariño, se que estas muy cansada, solo ir tomaros medidas y luego vais a descansar ¿De acuerdo?
- si abuela.- dicho eso Hugo me agarro de la mano y desaparecimos y aparecimos delante de la casa, entramos en la casa y Hugo sin soltarme de la mano poniendo delante de mí fuimos hacia la cocina, allí estaba pilar junto a varias chicas ordenando la cubertería.
- mama-dijo Hugo, Pili se sobresalto, con tanto jaleo que tenían no se habían dado cuenta de nuestra presencia.
- hijos, como me alegro de que estéis aquí- dijo mientras dejaba un paño y una copa sobre la mesa y venia hacia nosotros, nos dio dos besos a cada uno- sentaros, estaréis cansados.
- si, la verdad es que tengo sueño-dije bostezando.
- mama, la abuela de Melisa ha dicho que nos cojas medidas para las túnicas- la cara de Pili se palideció.
- ¿Qué?
- es cierto, a mi y a Hugo.
- pero… si no podéis solo se puede si eres… ¿pero por que?-dijo lo ultimo mas bien para ella misma, miro en su delantal y saco un metro- haber, Melisa cariño ven aquí- yo me acerque- tu tráeme un papel y un lápiz- dijo mirando a una de las chicas, ella desapareció en el instante y apareció minutos después con una hoja y un lápiz en la mano, Pili lo cogió y lo dejo sobre la mesa y empezó a medirme, hizo lo mismo con su hijo y anoto todo en el papel.-mañana a la mañana estará listo- dijo seria.
- gracias-dije con voz baja, la veía bastante enfadada.
- ¿Dónde vas a dormir?-dijo a su hijo mas calmada y sonriendo.
- dormiré con Melisa- dijo Hugo tranquilo.
- bien, entonces mañana a la mañana os dejare vuestros atuendos en el sofá de la habitación.
- gracias mama, será mejor que nos vamos a dormir-dijo Hugo mientras me agarraba de la mano.
- si descansar, por cierto, el equipaje esta en la habitación, también e subido el tuyo-dijo mirando a su hijo y sonriendo.
- hasta luego Pili.
- hasta luego cariño, descansar mañana será un día muy duro- dicho esto desaparecimos y aparecimos en mi habitación, estaba tal cual la habíamos dejado, pero había una cosa que me extrañaba que hacia la puerta del balcón abierta, Hugo encendió las luces y mientras iba a cerrar la ventana.
- que raro, para que la abran dejado a abierta.
- No se-dijo Hugo- voy al baño a cambiarme.
- vale, luego iré yo- de repente vi algo moverse en las cortinas.
- que cosa mas rara, sois un matrimonio y os da vergüenza cambiaros uno delante del otro- dijo Claudia.
- ¡largo de mi casa!-dije chillando.
- no es forma de hablar así a la amante de tu marido-dijo acercándose a Hugo y amarrándole de la mano-Hugo cariño, quiero que esta noche vengas a dormir conmigo, por una noche que no este con ella no pasara nada.-dijo ella con voz Melodiosa como una serpiente.
- esto… Claudia no puedes estar aquí, si mi madre te ve…
- tu madre le borras la memoria y no pasa nada.
- Claudia, debes irte ahora.
- no sin ti.-dijo ella, algo enfadada, pero mi paciencia ya se había desbordado, me fui a donde ella y le agarre el brazo con fuerza.
- mira niñata, en primer lugar esta es mi casa-dije apretándola en brazo con mas fuerza-en segundo lugar suelta Hugo- le apreté las uñas en su carne, empezaba a sangrar, pero ella ni se inmuto, solo sonreía- y en tercer lugar- la agarre mas fuerte y la empuje tirandola al suelo- ¡FUERA DE MI CASA!-ella parecía desconcertada en el suelo, no sabia de donde había sacado tanta fuerza, pero lo había hecho apenas sin esfuerzo.
- me las vas a pagar- dijo enfadada se levanta y vino hacia a mi a pegarme, pero Hugo la agarro del brazo.
- vete-dijo seco- aquí no pintas nada, solo darías problemas.
- no si antes darle su merecido a esa ¡cerda!-dijo ella enfadada y soltándose del brazo de Hugo.
- ¿cerda yo? –empecé a reírme- al menos no soy una zorra, que intenta ir manipulando a la gente, me pregunto que pasaría si Eneko o marcos o mejor dicho Raúl, se enteraran de lo que es su prima; me muero por ver sus caras.

- no te atreverás-dijo apretando los puños, fija en el mismo sitio al lado de Hugo, con cara de odio.
- no querida, claro que no, ¿Sabes por que?-dije en tono sarcástico- yo quiero a mis amigos y a mi familia, y aria cualquier cosa por ellos, cosa que dudo que tu hicieras, ¡solo te quieres a ti misma!
- te vas a enterar-vino corriendo hacia a mi y me empujo contra el suelo, haciéndome caer sobre el suelo, ella estaba encima mío; Hugo fue a separarnos.
- (ni se te ocurra)- le dije a Hugo.
- no sabes mas que tirar a la gente al suelo.- dije empujándola al otro lado y levantándome del suelo, ella fue a cogerme del pelo, pero yo retrocedí, la mire fijamente y susurre algo que ni yo sabia que sabia.- queda agora- dije fuertemente “quieta ahora” pero en gallego y ella se quedo quieta sin poder moverse.- solo se movían sus ojos.
- Melisa, ¿Cómo?-dijo Hugo viniendo hacia a mi y mirándome a los ojos.
- no lo se, solo se que quería hacer eso y salio.
- será mejor que la desparalices.
- ¿puede oírnos?
- no lo se.
- y como… ya se- pensé y empecé a acordarme de alguna de las lecciones- muevete agora- “muevete ahora” y Claudia comenzó a moverse y vino hacia a mi, peor Hugo esta vez se interpuso entre las dos.
- Claudia, serénate, no hagas caso a una niña-dijo abrazándola- ahora será mejor que te vayas, ya iré allí a verte.
- eso espero, de lo contrario me encargare de venir a buscarte personalmente y a llevarte conmigo.
- si claro, como hoy-dije en tono falso y riéndome.
- me las pagaras ¡maldita!-dijo ella furiosa, intentando pegarme pero Hugo la había agarrado.
- si mira como tiemblo-dije en tono de burla mientras movía mis caderas.
- Claudia vete- ella le miro a los ojos.
- déjala embarazada ¡ya!, y no me digas que no puedes por que ya lo hiciste una vez.-dijo ella enfadada, yo me quede helada antes esa nueva noticia; le dio un beso a Hugo en los labios y desapareció, no si antes mirarme con cara de odio.
- será mejor que me cambie rápido, no quiero dejarte sola por si acaso- cogió su maleta y fue al baño.
- ¿embarazada?-dije yo en voz baja, estaba sola en la habitación, cogí la maleta y decidí cambiarme rápida mientras se cambiaba el, cogí un pijama corto y me lo puse rápida, Hugo tardaba un poco, algo que no me pareció extraño teniendo en cuenta lo desastre que era con su maleta; me dirigí al lado derecho de la cama y lo abrí, y me quede helada, en el había una serpiente, con la cabeza en forma de triangulo con la piel negra, me miraba con cara desafiante, mientras me mostraba sus lengua se iba irguiendo hacia arriba.- ¡HUGOOOOOOOOOO!-chille lo mas alto que pude, Hugo salio con papel higiénico en mano.
- ¿Qué pasa?-dijo algo desconcertado, mire a la cama y me quede hay quieta, odiaba las serpientes, era a lo que mas temía.-quédate quieta-dijo tirando el papel higiénico en el baño.- ahora cierra los ojos y piensa en el cuarto de baño y tele traspórtate allí ¡rápida!-cerré los ojos y pensé en el cuarto de baño; al momento sentí los brazos de Hugo alrededor mío, y me dio un beso en la cabeza-¿estas bien?
- si, ¡la serpiente! ¿Sigue hay?
- si, espera- empezó a mirar el baño de arriba abajo, yo arrugué la nariz, olía mal, estaba claro por que Hugo había salido con papel higiénico en mano.-quédate aquí, ahora vengo, dijo saliendo del baño.
- ten cuidado, esa es muy venenosa- el cerro la puerta, escuche varios ruidos y luego un golpe seco, tras de si hubo un silencio sepulcral; empecé a temerme lo peor, pero abrió al puerta Hugo.
- ya esta he mirado en toda la habitación, no hay mas.-dijo acercándose a mi y abrazándome- lo siento, debí…- pero se callo al escucharme llorar- Mel, tranquila no volverá a ocurrir.
- no es eso, no lo ves, va intentar matarme como sea, podría haberte matado a ti.- los ojos de Hugo se entristecieron.
- Mel deja de temblar, calma, venga vamos a dormir.
- preferiría quedarme aquí un rato mas… incluso con este olor-Hugo se puso rojo.
- si quieres vamos a dormir a mi casa, dijo abrazándome yo me apoye en el.
- no, quiero dormir aquí, además mañana vendrá tu madre a despertarnos si no nos ve aquí se preocupara.
- es cierto- se callo un momento- Mel, la serpiente la he llevado a otro sitio lejos, luego he mirado en toda la habitación, no hay nada, así que podemos dormir tranquilos.-bostece, y me empecé a sentir mas cansada, el miedo se me había ido.
- si, que tengo mucho sueño-dije mientras me deshacía de su brazo y me encaminaba fuera del baño para ir a la cama.
- Mel, preferiría dormir en el sofá- escuche decir a Hugo detrás de mi, me di la media vuelta, el estaba con la cabeza gacha, el pelo lo tenia mas largo y se le cayó sobre la cara, tapando sus ojos.
- no, dormirás en la cama, eso lo hablamos antes.
- lo decidiste tu-dijo el secamente.
- si, no veo por que debes dormir en el sofá.
- no soy tu pareja, además ese no es mi sitio- yo me acerque a el y le cogí la mano.
- no claro que no eres mi pareja, eres… mi marido, así que vamos a la cama.
- ¡mujeres! ¿siempre queréis saliros con la vuestra?
- la verdad es que si, y en este caso me voy a salir con la mía.
- ¿Por qué?-dijo soltándome de la mano- no quiero dormir contigo.
- ¿no?-dije mirándole, su cara estaba inexpresiva pero por sus ojos se veía enfado.- claro …- y recordé lo que le había dicho a Claudia “..no hagas caso a una niña” y también recordé lo que le dijo ella “déjala embarazada ¡ya!, y no me digas que no puedes por que ya lo hiciste una vez”- como soy una niña-Hugo me miro a la cara.
- Mel ¿a que viene eso ahora?
- no nada, aunque hay una duda que tengo.
- para mi no eres una niña… pero dime la duda.
- que quiso decir Claudia con eso de… y no me digas que no puedes por que ya lo hiciste una vez-dije intentando imitar la voz de Claudia, en la ultima frase; la cara de Hugo se puso blanca.
- no quiero hablar de eso.-dijo pasando delante mío y dejándome en el baño.
- con que ahora hay secretos-dije saliendo tras suya- dijimos nada de mentiras.
- y no te he mentido.
- pero me ocultas algo.
- no exactamente, sabes que no soy estéril- dijo sentándose en el sofá.

- si pero…-dijo a la vez que bajaba su cara y a la apoyaba en sus manos, y sus brazos los ponía encima de sus rodillas; me acerque a el y puse mis brazos en sus hombros.
- Hugo, estoy aquí, confía en mi.- el se quito una mano de la cara y acaricio mi mano derecha que estaba sobre su hombro derecho.
- gracias- pude ver sus ojos llorosos.
- no me lo digas, será mejor que descansemos.-dije mientras le soltaba los hombros y me levantaba del sofá, pero en ese instante Hugo me cogió de la cintura y me sentó encima de sus piernas.-¡Hugo!-dije por el susto.
- Melisa, Claudia…
- tranquilo, no lo digas, ya me lo dirás.
- no, no se lo he dicho a nadie e decirlo.
- vale, pero no digas nada que no quieras decir, a veces es mejor callar.
- te lo diré, nunca se lo he dicho a nadie, Claudia poco antes de que tu vinieras, ella se… quedo embarazada de mi.
- ¡dios!-dije tapándome la boca.
- luego tu viniste y quedamos que ella lo tendría y que nos encargaríamos los dos, pero cuando yo estaba contigo ella se moría de los celos, incluso sabiendo ella que lo hacia por que ella me lo pidió, una noche, cuando… te enteraste lo de la familia, ella vio como sucedió y como te protegía, entonces ella muerta de celos, fue y…aborto; fue entonces cuando vi que no era como yo creía, había matado a nuestro hijo por un ataque de celos.
- ¿Qué?-dije atónita, no podía creer que una madre pudiera hacer eso con su propio hijo, mire a Hugo estaba roto por el dolor, jamás le había visto tan mal.- Hugo…- no sabia ni que decir, pensé para mi “¿Qué se debía decir en estos casos?”, solo supe hacer una cosa, me gire y le abrace, a veces un abrazo vale mas que todas las palabras del mundo.
- gracias Mel, necesitaba decirlo a alguien.
- de nada, siento mucho lo que hizo esa desgraciada y mas siento que fuera por mi culpa.-dije apenada, pero sin dejarlo de abrazar.
- Mel, tu no tienes la culpa, Claudia es muy fría, mas de lo que tu te imaginas, es capaz de hacer cualquier cosa por conseguir aquello que quiere.
- ¿Por qué mato a vuestro hijo? Eso no se supone que os uniría, ¿no?-dije en voz baja.
- si, pero ella vio que te miraba de otra manera entonces… pensó en castigarme con lo que mas me doliera, nuestro hijo.
- ¿Cómo puede ser así? ¡dios! Como pudiste fijarte en ella.-dije en voz mas alta de lo que quise, y luego me arrepentí de decir esas palabras- Hugo lo siento, yo … no quise.-dije mirándole a la cara.
- tranquila, yo pensé lo mismo; pero ya sabes lo que dicen el amor es ciego, y yo me cegué con ella y ella se cegó por mi.
- no lo entiendo, un hijo es lo primero para una madre, se supone.
- si, pero no todas las madres piensan igual, además Claudia no quería ser madre, ocurrió.
- ¿ocurrió?-dije levantándome del refugio de los brazos de Hugo y poniéndome enfrente de el con las manos en jarra.- me dices, como si fuera algo que compras por error.-dije un poco enfadada.
- no, Mel… no lo entiendes ella tomaba precauciones o al menos eso creí, pero no siempre funcionan, no fuimos a por el, cuando me entere que esperaba un bebe, lo primero me horroricé ¿ eso lo entenderás?-dijo mirándome.
- si
- luego me alegre iba a ser padre, además me falta poco para terminar la carrera, podría encargarme de el, pero ella quería abortar como fuera, por que no quería truncar su carrera con un niño; hable con ella y la convencí, o al menos eso era lo que yo creí y cuando paso aquello aquella noche, me llamo mientras tu dormías, y te deje sola unos cinco minutos, fui a donde ella ya estaba en cesuras en casa de su bisabuela, había abortado esa misma noche, me lo dijo con la cara llena de lagrimas, me dijo que lo sentía que fue un arrebato de celos; yo… no sabia que hacer, por una parte me apetecía matarla, pero yo no soy capaz de hacer semejante cosa, pedí ver al feto, pero no me dejaron.
- ¿de cuanto estaba?
- tres o cuatro meses, me dijo que no porque casi no se veía gran cosa, que era muy pequeño el feto; pedí que lo metieran en una caja que quería enterrarlo, Claudia quiso venir conmigo a enterrarlo y yo al principio me negué , pero vi su dolor en su cara y al final accedí, lo enterramos aquí, en el lago al lado del roble grande, dibuje una cruz en el árbol, llamamos al cura que nos caso y oficio una misa rápida allí, esa misma noche deje de hablar con Claudia y volví junto a ti, aquella noche decidí que no te dejaría ninguna noche sola ni por la mañana por eso hice la maleta para no tener que volver a mi casa a cambiarme, tenia miedo de que Claudia te hiciera daño.
- Hugo…- fui a hablar pero el me interrumpió.
- déjame terminar, sino lo hago esta noche no lo haré jamás y quiero que sepas todo lo demás.-yo asentí con la cabeza- días mas tarde los de la orden decidieron darme los poderes, entonces solo tuve tiempo de pedir a mi hermana que te vigilara, que no te dejara sola ni un momento, ella me dijo que estaría pendiente de ti; hasta hay todo fue normal, creí que Claudia había entendido que lo nuestro había terminado, pero cuando fuimos a Vitoria, Claudia se presento en tu habitación mientras tu fuiste hacer algo, no me acuerdo exactamente el que, me dijo que volviéramos que su abuelo había dado ordenes de seguir con la misión que me tenia encargada o sino mi familia lo pagaría, yo no tenia elección y decidí que haciendo el paripe podría protegerte, luego resulto que Eneko también quería ayudar junto con sus hermanos- una punzada sentí en el corazón al oír el nombre de Eneko- y vi la señal perfecta, quise que te enamoraras de el, así todo seria mas fácil, y la cosa pareció funcionar, pero Claudia volvió con sus caprichos entonces , todo se volvió a liar, luego lo demás ya lo sabes.
- si, siento que hayas pasado por todo esto.
- tranquila, pero hay una cosa que no entiendo.- dijo mirándome.
- ¿Qué no entiendes Hugo?-dije contrariada.
- la profecía decía que… ¿Cómo era?... algo así como solo acabaría la guerra entre los dos bandos, cuando dos descendientes se unieran en amor, una mujer y un hombre que nacieran el mismo día.- yo me quede petrificada, había escuchado algo, pero nada de lo ultimo.
- Eneko y yo nacimos el mismo día-dije con los ojos abiertos.
- eso es, no entiendo por que no estáis juntos, en vez de aquí conmigo.
- no lo se, lo que si es que me muero de sueño- mire el reloj- Hugo son las seis de la mañana.
- si, duerme tu yo no tengo sueño-dijo levantándose del sofá y yendo al balcón, yo le seguí por detrás.
- Hugo, tienes que descansar.-dije a la vez que le cogía la mano.
- Mel, no entiendo ¿por que te preocupas por mí?
- ¿yo? Si has puesto tu vida en peligro por mi y además…- me calle y lo pensé “se que me quieres, no puedo odiarte después de todo te quise” pero no lo dije; entonces Hugo se dio la media vuelta y me agarro de la cintura y me beso, yo no sabia que hacer, el estaba con los ojos cerrados mientras nuestros labios estaban juntos, yo los tenia abiertos por la sorpresa, no sabia que hacer; el se separo lentamente después del beso.
- te quiero, y aunque intentare que vuelvas a recuperar tu vida, si no lo consiguiera, ¿podrías volver a amarme?- yo le mire asustada, apenas hacia unas horas estaba en los brazos de Eneko sintiéndome la mujer mas feliz del mundo, pero Eneko era ya el pasado y tenia claro que nunca lo volvería a tener junto a mi, además ahora mi vida estaba junto a Hugo, por que no intentar estar con alguien a quien quieres también, aunque no sea el hombre de tu vida, así que le mire a los ojos y dije lo que nunca creí que fuera a decir- ya lo estoy haciendo, pero tienes que darme tiempo.
- ¿de verdad?-los ojos de Hugo mostraban felicidad.
- si, ten paciencia- el me abrazo mas fuerte y me dio un beso en la frente.
- peke, are lo que sea por hacerte feliz.
- lose-dije abrazándome a el y hundiendo mi cabeza en su pecho.
- será mejor que vayamos a dormir- dijo cogiendo de mi barbilla, yo asentí, nos dirigimos a la cama y nos echamos a dormir, al menos Hugo enseguida se quedo dormido en cambio yo no podía, me levante de la cama y Salí al balcón, mire al cielo apenas quedaba tiempo para que amaneciera, pero el suficiente para poder contemplar la estrella de Eneko y mía, la osa mayor.
- Eneko te quiero-dije en voz baja mientras miraba la estrella.

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