lunes, 27 de julio de 2009

Capitulo 24- DE VUELTA A LITAGO

Me había pasado toda la mañana terminando de preparar cosas, había hablado ya con mi padre y mi madre; al principio mi madre se opuso, pero mas tarde pareció pensárselo mejor y accedió.

Estaba ya todo metido en el coche, cuando mi madre nos llamo para comer todos juntos, nos sentamos todos en la mesa, los padres de Hugo se habían ido después del desayuno, con la excusa que habían dejado el ganado solo, así que estábamos en la mesa los de siempre, bueno menos mi abuelo, si estaban mis otros abuelos y mi tío, en la mesa reinaba el silencio y a veces el único ruido eran los cubiertos, primero hubo sopa de marisco y de segundo mi madre puso patatas frías con huevo, al principio todo seguía en silencio, pero mi tío que estaba a mi lado sentado parecía que ya estaba arto de aguantar tanto silencio y cogió y me pincho un huevo hasta romper la yema.

 ¡Tío! ¿Pero que haces? ¡Mama!.
 Juan, quedaros quietos- dijo con media sonrisa, pero cuando le distrajo mi madre a mi tío yo aproveche y le pinché el suyo.
 ¡Ruth! Mira que ha hecho tu hija.
 antes me los has pinchado tu-.dije sin soltar el tenedor cruzando los brazos.
 eso no vale-dijo mi tío, imitándome con cara enfurruñado y haciéndome burlas.
 ¡mama! Dile que pare-dije algo irritada.
 ¡Ruth! Dile que pare-dijo mi tío imitándome la voz, sacándome de mis casillas le di un empujón, que casi se cae de la silla.
 comportaros-dijo mi padre un poco serio, yo mire a mi tío y el me guiñó un ojo, mi hermano no aguanto mas y comenzó a reírse.
 ¿de que te ríes?-dije mirándole.
 de nada,-dijo aguantándose la risa, así que sin pensarlo me levanta un poco de la mesa, y lo mas rápido que pude le pinché el huevo a mi hermano, que estaba sentado justo enfrente mía, entonces yo comencé a reír y mi tío también.
 ¡mama!-dijo mi hermano señalando su plato.
 que hermanito, ya no te ríes.-dije en tono de burla.
 haber niños- dijo mi madre lo más seria que pudo, pero estaba segura que se alegraba de que lo que estaba ocurriendo.
 me las pagaras hermanita-dijo levantándose de su silla, rodeo la mesa y vino hacia mi pero yo me levante de ella y corrí rápida para ponerme detrás de mi abuela Alicia.
 ¡casita!-dije aferrándome detrás de la silla de mi abuela, mi hermano fue cogerme, pero mi abuela le agarro el brazo.
 Juan, ha dicho que esta en casita.
 abuela… que no estamos jugando a casitas-mi abuela callo y yo le saque la lengua a mi hermano, todos comenzaron a reír, y vi cual había sido la intención de mi tío, que reía como el que mas, había conseguido alegrar a todos.

Después de comer, nos despedimos uno a uno de la familia, mi abuela me dio 100 euros para que lo gastara en lo que quisiera, pero yo no quería, pero al fina tuve que cogerlos, es muy tozuda; nos dirigimos al coche y salimos de la casa mientras todos estaban en la puerta despidiéndose, diciendo adiós con la mano; salimos de la casa y íbamos rumbo a salir de la urbanización, yo no conducía, era Hugo quien lo hacia, yo no tenia ganas; faltaba poco para llegar a pasar por enfrente de la casa de Eneko, a nadie le había dicho de mi repentina decisión de marcharme de allí, y me sentí culpable, pero sabia que si lo hacia , no tendría fuerzas para marcharme, luego las llamaría y les diría lo que había hecho.

Hugo permaneció callado, y yo igual, a veces me asustaba que supiera tanto de mí, el saber cuando quería hablar o no; de repente paro el coche en la puerta de Eneko.
 ¿Qué haces?-grite, mas de lo que hubiera querido.
 espera un segundo- dijo con una sonrisa.
 arranca el coche, aquí no pintamos nada- el sonrió mas, y me empecé a arrepentir de no haber conducido yo.
 no, solo dame un minuto
 ¿para que?-el sonrió mas y al minuto sentí una mano en mi espalda, mire a Hugo y seguía en su sitio y no quería mirar hacia atrás, esperaba que no fuera quien estaba pensando, pero no aguante mi curiosidad y vi quien era, era Eneko.- ¿Qué haces aquí?-dije con los ojos abiertos como platos, y mire a Hugo con cara de pocos amigos.
 Mel, un minuto solo te pido eso.-yo fui a hablar pero me calle, era extraño estar los tres en el mismo coche; Hugo condujo un poco mas hacia delante.-cerrar los ojos- yo obedecí, y los cerré, pero no sabia que iba ha hacer Hugo.-abrirlos.-yo lo abrí y Eneko también; nos encontrábamos en medio de un monte, aunque no sabría decir cual.
 Hugo, podrías explicarte.
 si-miro a Eneko y lo dejo dormido.
 ¿Qué haces?-dije, mientras e acordaba que eso mismo hizo con mi hermano el día de mi cumpleaños.
 lo he vuelto a hacer, ahora el esta como siempre, el cree que os vais de viaje, por eso estáis aquí, bueno, yo será mejor que me vaya.
 no- dije aguantando las lagrimas- lleva a Eneko a su casa, no me lo hagas mas difícil.
 Melisa, es mejor recordar una tarde de tranquilidad con aquel a quien amas, y no digas que no, que se que quieres estar con el.
 pero…gracias- fue lo único que pude decir, Hugo se fue, sabia que lo hacia para darnos intimidad, Salí del coche y me senté en el asiento del conductor, mire a Eneko dormía placidamente.-bichito, despierta.-Eneko abrió los ojos y estaba un tanto desorientado.
 ¿e? me he quedado dormido, perdona.
 estabas muy cansado; salimos fuera.
 si vamos- el salio del coche y yo detrás, fui al maletero del coche y abrí iba a sacar una manta para tumbarnos en la hierba.
 (Mel tenéis una cesta con bebidas y comida en el maletero)-dijo Hugo.
 (gracias, esto…)
 (a las 12 de la noche, ese el tiempo que tienes)-dijo Hugo y sonreí, saque la cesta con comida y bebida, le di la manta a Eneko para que la pusiera sobre la hierba.
 preciosa, ¿estas bien?
 si bichito-dije dejando la cesta encima de la manta, me senté en la manta y Eneko también- te quiero- le dije y le di un beso, el me respondió y nos tumbamos en la manta.
 esta bonito el cielo- dijo mirando hacia el cielo, yo tenia mi cara puesta encima de su pecho, y el e agarraba los hombros con su brazo-Mel…te amo.-yo me quede sin respiración, nunca me había dicho “te amo”; pero mi cuerpo se inundo de felicidad, durante las horas que iba estar con Eneko, nadie me iba a inundar de tristeza.
 bichito- me deshice de su brazo y me puse encima de el y le bese, el me agarro de la cintura y empezamos a besarnos.-te amo mi niño.-dije mirándole a los ojos, queriéndole decir que le amaba tanto que daría cualquier cosa por el, incluso mi vida.
 ¿te hecho una carrera?-dijo echándome hacia un lado, se incorporo y se puso en posición de salida.
 te voy a ganar.
 esta vez no, ves aquel árbol de allí.-dijo señalando uno que estaba al otro lado de la campa.
 si
 vale, no vale hacer trampas, sabes a que me refiero.
 pues no-dije con cara de niña buena, pero sabia a que se refería.
 Mel, venga, uno, dos y…. tres- salimos dos corriendo, como era de esperar el me iba ganando con ventaja, pero yo me concentre y casi llego a ganarle, esta vez había ganado el.
 eso no vale, ¡jo! Estoy cansada.
 que mal perder tienes-dijo riendo.
 disfruta de tu victoria, la próxima te ganare yo-dije mientras respiraba agitadamente.
 si eso es lo que piensas.
 si, cuando quieras y donde quieras- le dije desafiante, mientras poco a poco iba recuperando la respiración.
 mejor en otro momento, ahora preferiría otra cosa- dijo con sonrisa maliciosa, yo le sonreí y le mire.
 ¿en que estas pensando?-.dije sonriendo, entonces el vino hacia a mi y me cogió en brazos.
 en esto-dijo a la vez que me cogía en brazos.
 Eneko, ¿me bajas?, nos vamos a caer- decía mientras el andaba en la campa dirección a la manta.
 tan débil me crees.
 hombre, ahora que lo dices…- entonces me dejo sobre la manta y empezó a hacerme cosquillas.-no, por favor para-dije riéndome y llorando de la risa.
 lo retiras, princesa.- dijo mientras me hacia menos cosquillas.
 no- entonces me concentre y desaparecí, para aparecer justo detrás suyo.- ahora veras, le agarre del cuello y le frote la cabeza con una mano, despeinándole todo el pelo, eso le daba mucha rabia a el.
 e, eso no, para me rindo.
 di que eres un débil.
 ¡no!-seguí dándole en la cabeza mas fuerte- vale, soy un débil- yo pare en el acto, pero el se giro y me cogió e la cintura sentándome encima de el a espaldas- pero por tu culpa, me tienes loquito- entonces sentí sus labios en el cuello y me empezó a besar, pero note presión, y entonces me di cuenta que me estaba haciendo un chupetón, intente quitarme de su lado, pero no podía me tenia apresada entre sus brazos.
 Eneko, no me hagas…- entonces el paro, pero no me soltó.
 ¿no haga el que?- me apretó mas hacia el.
 un chupetón-dije poniéndome colorada.
 tarde- yo me puse roja y enfadada, nunca me había dejado hacer uno- la verdad es que es una verdadera obra de arte, nunca había hecho uno así.
 ¿nunca?-empecé a enfadarme- así que vas marcando a tus novias con chupones-dije enfadada.
 ¿e? no quise decir eso.
 ¿Qué has querido decir?-dije girándome a el y mirándole a la cara.
 Mel, tu has tenido novios antes…. Y yo amigas, no lo voy a negar seria absurdo, por que tu me has visto con ellas, pero nunca había querido a ninguna, solo a ti- dijo eso y me sentí algo mejor, aunque estaba celosa- ¿estas celosa?
 no-dije a regañadientes.
 si lo estas- dijo riéndose- si solo tengo ojos para ti, mi niña, con lo que y te quiero- me dio un beso en la frente- anda no seas boba, te quiero.-yo me puse roja y me solté de los brazos de Eneko y le abrace el cuello y apoye mi cabeza sobre su hombro y comencé a llorar , no quería perderlo, quería irme lo mas lejos posible con el, sin pensar ningún sitio, solo el y yo, nadie mas; pero lo sueños, sueños son, no siempre tenemos aquello que queremos, a veces debemos guiarnos por la razón en vez de por el corazón.
 te quiero Eneko- le di un beso y me acurruque en sus brazos, así pudimos estar horas sin decirnos nada, solo mirando al cielo, de repente escuche las tripas de Eneko crujir y comencé a reírme.
 ¿de que te ríes?
 de tus tripas, parecen una maquina vieja gruñendo.
 es normal, tengo hambre.
 y yo- me levante y cogí la cesta y empecé a investigar lo que había- haber hay bocadillos de chorizo con mortadela, también hay tortilla de patatas- dije sacando cosa por cosa de la cesta y dejándola sobre la manta- mira esto, también hay copas de chocolate.-dije enseñándoselas.
 dame un de tortilla- se lo pase, y yo cogí otro igual; estábamos comiendo, cuando Eneko me miro fijamente.
 Mel, ¿alguna vez imaginaste que acabaríamos así?
 no, la verdad es que no.
 sabes, cuando éramos mas pequeños, mi madre decía que los que se pelean se desean, yo no entendía, pero al cabo de los años lo entendí, mi madre sabia que yo estaba loquito por ti, cosa que en mi casa se lo han pasado bomba metiéndose conmigo, pero…, que ironía no me aguantabas y míranos ahora… novios.
 si-trague para mi, mire el reloj por error estaba ya anocheciendo, apenas quedaban unas horas, para dejar de estar junto a el, y mi corazón se estaba haciendo pedazos, pero decidí que era mejor hacer algo que estudie en literatura, carpe dime, vivir el momento- así que loquito por mi, y yo diciendo mira que es plasta, siempre te dije que no, pero tu ere que ere.-dije riéndome, el se rió.
 no me lo recuerdes todavía me acuerdo de hace dos años, en fiestas ¿recuerdas?- me puse roja, aquel año me había pedido para salir, y cogí un litro de vino tinto y se lo desparrame en toda la cabeza, bueno todo el mundo rió pero el desapareció, yo me sentí culpable.
 si, pero es que te pasaste, estabas muy pesado.
 si, quizás tenías razón, pero estaba este Roberto dándote la brasa, y me puse celoso.
 tu ¿celoso? jajajaja- dije sin poder parar de reír- bueno te acuerdas cuando te liaste con, Idoia, la de la otra clase.
 si, fue el año pasado en fiestas.
 si esa misma, pues me enfade contigo, el año pasado no me lo pediste, y la verdad lo eche de menos.
 hombre, es que mirando lo del año anterior, vamos a mi el vino con la coca cola, no con la ropa.-dijo riéndose.
 si, ¿pero Idoia? ¡por dios! Si era feísima.
 ¿conseguí ponerte celosa?
 no, jo me habían quitado mi lugar, pero me alegre por otro lado, no estabas tan pesado.
 te pusiste celosa-dijo cantándolo.
 Que no-dije dándole un manotazo.
 anda ven aquí, te quiero enseñar algo- me acerque a el, ya estaba todo oscuro, solo se veía la luna y las estrellas.
 ¿el que?
 ven, recuéstate- me recosté en su pecho y le mire a la cara- mira ves aquella de allí.
 ¿Cuál?-dije mirando al cielo por donde decía el.
 veras, aquella es la Osa Mayor, es visible durante todo el año, que también es conocida por el carro, debido a su forma, una se sus siete estrellas, es una estrella doble, que son Alcor y Mizar, y otra de ellas que también esta es la estrella polar, ves aquella que esta justo al final del mango del carro.
 si, la veo es aquella verdad-dije señalándosela.
 si esa misma.
 ¿por que me explicas esto? No sabia que te gustaran tanto las estrellas.
 si me encantan, te lo explico, por que si algún día estamos separados, quiero que cuando la veas, sepas que yo estaré mirándola y pensando en ti, será nuestra guía.
 ¡OH! Eneko, es precioso-dije abrazándolo y llorando.
 sabia que te gustaría, es una estrella guía, y a partir de ahora será nuestra estrella.
 si, ya no es la estrella osa mayor sino la estrella de Eneko y Melisa.-dije sonriendo y limpiándome las lagrimas, le di un beso.
 (Melisa, tienes nada mas que 10 minutos)
 (jo, dame un poco mas)
 (lo siento, claudia esta sospechando, lleva toda la tarde buscando a Eneko con Irene)
 (esta bien, 5 minutos mas)
 Melisa, será mejor que vayamos buscando sitio donde dormir es tarde-dijo Eneko.
 espera un minutito mas, abrázame- dije cogiéndole de los brazos, el me abrazo fuerte, comencé a tener frió.
 tienes frió, vamos al coche.
 Eneko yo… te quiero, eso jamás lo olvides, y creeme todas la noches cuando vea la osa mayor, pensare en ti, y si alguna vez te hecho de menos saldré de noche y la contemplaré.
 Melisa, hablas como si nos fuéramos a separar,¿estas bien?
 si, te amo- le bese los mas apasionadamente posible, Eneko me cogió en brazos y me llevo al coche mientras me besaba, estaba bajándome cuando Hugo apareció, detrás de el, Eneko no le había visto.
 Melisa, te amo, tu tampoco lo olvides- y de repente quedo dormido y yo le tuve que agarrar.
 Hugo ayúdame-vino corriendo hacia a mi y me ayudo a sujetarlo.
 Melisa metete en el coche, voy a llevarlo a casa, en 2 minutos estaré aquí.
 vale, te esperare- pero antes de que se fuera le dije a Hugo- espera, quiero hacer una cosa- me acerque a Eneko y le di un beso en la frente, Hugo no hizo ningún gesto en la cara.-ya- y se fue.
 Hice a caso a Hugo y fui hacia el coche y allí le espere, empecé a llorar y era por no tener a Eneko conmigo, me quite las lagrimas y decidí no llorar mas, sino alegrarme por que el estuviera vivo y bien, y deseaba que por lo menos fuera feliz con Irene , ya que conmigo no lo podría ser, fui a sacar otro pañuelo de mi bolso, pero cayo un papel, era el que Eneko me dijo que utilizara," ¿por que no lo utilice?" pensé para mi, "Melisa es mejor así" quise convencerme, pero empecé a tener tentaciones de abrirlo, en ese momento no te que intentaban abrir la puerta del coche, mire y era Hugo, no podía entrar por que había echado todos los seguros del coche, me guarde el papel en el bolsillo y abrí la puerta a Hugo.
 ¿como estas?-dijo en voz baja
 bien, gracias- dije mientras el se sentaba en el asiento del conductor.
 esto... Melisa llamo tu madre le dije que estabas durmiendo, y bueno mis padres
creen que hemos ido a despejarnos un poco, así que nadie sabe lo que a pasado en realidad.- lo dijo en voz baja y con pena.
 Hugo no sabes como te agradezco lo que has hecho hoy por mí.
 no tienes por que, es lo menos que puedo hacer, después de....
 Hugo, deja de culparte.
 no puedo, te he destrozado la vida.
 bueno, dejemos el tema, vamos a casa.
 si, dame la mano-se la di y cerré los ojos antes que me lo dijera- ya estamos en tu casa, yo me voy a la mía.
 no te vayas-dije asustada- es que me da miedo ahora dormir sola, y si aparece claudia y...
 ¿estas segura?
 si, por favor- me aterraba la sola idea de estar sola.
 de acuerdo, pero dormiré en el sofá.
 no, mira tenemos que hablar, pero ya haremos mañana, dormirás conmigo en la cama, como amigos, además si mi abuela te descubre durmiendo en el sofá empezara a hacer preguntas y no es lo que necesitamos.
 cierto, vamos a casa.- me fije en la casa mientras bajamos el coche todas las luces estaban encendidas.
 ¿Qué aran todas las luces encendidas?-dije mirando a Hugo extrañada.
 no se-dijo mirándome, entramos en la casa y había gente que no conocía por toda la casa, gente con mopas y plumeros, yo me quedo mirando fija, mire a barias de las mujeres y hombres que había en la entrada de casa, pero no conocía a nadie, estaban tan concentradas en su trabajo que no se dieron cuenta de nuestra presencia, hasta que hable.
 perdonar, pero alguien podría decirme ¿Qué esta pasando aquí?-dije un tanto borde, lo ultimo que me apetecía era ver a extraños en mi casa, una chica que estaba cerca mío me miro asustada, y salido dirección a la cocina, como si hubiera visto al mismísimo diablo; la demás gente se quedo quieta mirándome.¿bien? me lo va a explicar alguien, o vais estar mirándome como si tuviera monos en la cara- dije un tanto alterada, sentí los brazos de Hugo en mis hombro y gire mi cabeza para mirarlo- ¿conoces a alguien?
 no, la verdad es que no-dijo mirándome a los ojos.
 estamos buenos, entre que ellos no hablar y tu que no sabes nada- suspire, llene mis pulmones de aire y grite lo mas alto que pude- ¡ABUELA!-todos me miraban fijos, parecían estatuas.- si nadie me va a decir que pasa, seguir a lo que estabais.- fui dirección a la cocina, si ellos no me lo decían, me lo diría la chica que había salido corriendo hacia la cocina.
 Melisa- me quede quieta al escuchar mi nombre tras de mi, en seguida identifique la voz, me gire y vi a mi abuela.
 ¡abuela!-dije mientras corría hacia ella y abrazarla, la ultima vez que la vi creí que estaba muerta.
 me alegra que estés aquí, ven tienes que ayudarme-dijo cogiéndome de la mano y llevándome hacia el salón grande, me gire a ver a Hugo estaba hay quieto, mi abuela debió percatarse- Hugo, será mejor que vengas tu también, necesitaremos opinión masculina.- Hugo vino hacia nosotras, y fuimos al salón; cerramos la puerta detrás nuestro; en la sala no había nada, solo unos cuantos muebles con libros y la televisión, pero nada de los sofás y sillas.
 abuela ¿los muebles?
 están en otro sitio, ahora seguirme-dijo mientras nos acercábamos al mueble principal, donde estaba la televisión, anduvo mirando los libros de arriba hasta que vio uno, con la tapa verde con letras doradas muy elaboradas, parecía latín, pero como nunca había estudiado esa lengua, no lo tenia muy claro, pude distinguir solo “mare” pero nada mas, mi abuela lo tumbo un poco y el mueble empezó a moverse junto con el suelo, como si de una rueda giratoria, en tan solo un momento nos encontrábamos en otro sitio, era una sala con antorchas , parecía como una mazmorra de la edad media, solo había una mesa redonda con un ángel tallado en el centro de la mesa, mi abuela se acerco a ella y presiono en las alas del ángel, y la mesa empezó a descomponerse haciendo una escalera, mientras se hundía en el suelo, iba apareciendo un pasadizo.
 abuela…- yo tenia pánico a la oscuridad y allí no había mucha luz, tan solo las que nos proporcionaban las antorchas.
 Melisa, Hugo; jamás he rebelado a nadie este lugar, aunque no debería hacerlo hasta dentro de mucho, pero creo que esta vez será mejor que lo veas, quiero que asistas al convertimiento de tu abuelo.
 ¿Qué voy a ir donde?
 será mejor darnos prisa- dicho eso mi abuela cogió una antorcha y descendimos por las escaleras, era un túnel estrecho y con unas cuantas telarañas, después de andar mas de un cuarto de hora, llegamos ante un ángel de mármol blanco sus facciones estaban talladas minuciosamente, parecía que estaba vivo; mi abuela se acerco a mi.
 Melisa ven- yo me acerque- ahora quiero que recuerdes este túnel, por si… si pasara algo, tendrías mas ventajas desde aquí para cerrar la puerta desde dentro.
 pero…- no pude hablar mas mi abuela me volvió a interrumpir.
 ¿tienes el colgante que te regale?
 si- dije sacándolo y mostrándoselo
 bien, ven tienes que hacerlo tu.
 ¿yo?-dije con un poco de miedo en mi voz.
 apoya una mano en la oreja izquierda- dijo señalándola, yo le hice caso- bien, ahora recuerda esto, “Inum Melisa”, tendrás que decirlo 3 veces.
 ¿Inum Melisa?- dije para ver si había escuchado bien.
 si, pero deberás tener el colgante colgado.
 abuela, este colgante lo mandaste hacer para mi.
 si cariño, pero esta con un hechizo, tan solo tu y yo podemos abrir esta puerta; ahora inténtalo.
 ¿Qué lo intente?-dije horrorizada- esto…
 tranquila, seguro saldrá todo bien.
 esta bien, lo intentare- dije aterrada, suspire hondo, mire mi mano posada encima de la oreja izquierda del ángel- Inum Melisa, Inum Melisa, Inum Melisa.- al terminar parecía que no pasar nada, pero de repente la habitación de ilumino de luz que no provenía de la antorcha sino de los ojos del ángel, se abrió la puerta, desapareció el ángel de delante nuestro y pude ver lo mas hermoso de la vida, era un valle grande en plena naturaleza cuidada, con casas de madera de distintos colores, amarillas , azules, rosas, blancas; casi todas con colores claros.
 lo has conseguido-dijo Hugo abrazándome por detrás de la cintura y dándome un beso en la cabeza.
 enhorabuena cariño, se ve que estas preparada para llevar esta casa.
 abuela ¿Dónde…?
 esto es nuestro mundo, donde toda nuestra familia vive aquí, desde nuestros antepasados, como no morimos tenemos nuestro pequeño cielo particular, y tu serás la próxima guardiana de la puerta- eso ya lo sabia, aquello era indescriptible de lo hermoso que era.
 me encanta, pero… el sol, ¿Cómo lo hacéis?
 si es el sol, con un simple hechizo tenemos aquí el sol, y también nuestra luna, pero de eso ya hablaremos mas adelante.
 abuela- empecé a preocuparme por el abuelo- el…
 ahora vamos, el esta aquí; ven te voy a mostrar la casa.- fuimos ladera abajo, todo era como lo era arriba, era inimaginable que estábamos a barios metros bajo tierra; nos encontrábamos ante una casa de madera grande de dos plantas, de color verde agua era preciosa, tenia sus enredaderas y dos hamacas.- ¿te gusta?
 si, esto es precioso.
 ¡PETER!-dijo mi abuela y salido de la puerta de la casa mi abuelo.
 ¡abuelo!- Salí corriendo y fui a donde mi abuelo, le abrace.-menudo susto me has dado- le dije casi llorando.
 lo siento cariño- me abrazo mas fuerte.
 entremos en casa- dijo la abuela detrás mía, y entramos todos en casa; al entrar en ella olía a café recién hecho, la casa estaba decorada rústicamente, aquello me sorprendió por que a mi abuela creía que le gustaban los muebles antiguos.
 abuela- de repente mi curiosidad se me despertó-¿Cómo se llama?
 el que cariño.
 esto, donde estamos ahora.
 ¡ah!-ella sonrió- el mundo del ángel caído, aunque decimos, ángel caído, sin mas.
 ¿Por qué?
 hace muchos siglos, a ángel caído se le llamaba a los demonios, aquellos que jamás pisarían el cielo, y como nosotros no podremos tampoco, pues…, por eso lo de ángel caído.
 no creí que lo fuerais a llamar así, pero me gusta.

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