lunes, 27 de julio de 2009

Capitulo 13-CONVERSACIONES PENDIENTES

Me desperté y abrí los ojos para mirar a Hugo durmiendo a mi lado, pero no le vi en lugar de verlo a el vi un sobre que tenia mi nombre escrito, estaba escrito a mano, podría decirse que estaba escrito con un rotulador de color negro; lo cogí y lo abrí y me saque un folio blanco, tenia algo escrito, comencé a leer.

Melisa, no te he querido despertar, teniendo en cuenta los acontecimientos y todo lo pasado en este tiempo, lo e meditado mucho, pero creo que he tomado la decisión correcta, me voy.

No pienses que lo estoy dejando, no es así; quiero que pienses que es lo que realmente quieres, yo intento ser todo lo comprensible que puedo, pero me pueden los celos.

Por eso te dejo sola para que pienses y elijas a quien quieras.

Elige a quien te haga mas feliz, mira dentro de ti, solo hay encontraras la respuesta.

Posdata: espero que algún día puedas perdonarme, no tuve elección.

Te quiere Hugo.

Besos mi peke.

Comencé a llorar, algo en mi se estaba rompiendo quería que estuviera aquí conmigo, pero tenia razón debía poner en orden mis ideas, me levante de la cama y fui al baño, me mire en el espejo y tenia una cara horrible, el maquillaje se me había corrido, me lavé la cara con toallitas desmaquillantes y me quite el pijama y me duche con agua fría, después de salirme de la ducha con la toalla puesta me acorde de Eneko.
- ¡dios! Eneko- chille, me tape la boca al ver que lo había dicho en voz alta.- (¿Eneko?)
- (Mel, dime; ¿estas bien?)
- (si, ven)
- (¿donde estas?)
- (en mi habitación, ven rápido)- el apareció en ese instante.
- ¿Cómo estas…- no termino la frase, se me quedo mirando y se puso rojo.
- ¿que pasa?
- esto…-dijo mirándome con cara traviesa y poniéndose más rojo.
- ¿Por qué me miras así?-dije frunciendo el ceño.
- Mel, que uno no es de piedra.
- ¿Cómo?
- que soy un hombre, ¡por dios Melisa!- se quedo mirando a media altura de mi cuerpo y me mire a mi misma y me di cuenta, ¡ESTABA EN TOALLA NADA MAS!
- perdona, no me había dado cuenta, dame un minuto ¿podrías?-dije diciendo con la mano que se diera la vuelta.
- si, pero no tardes, estoy muy cansado.-fui al armario y cogí lo primero que pude; me puse un pantalón de chándal negro y una camiseta amarilla clara, me senté en la cama y abrí un cajón de la mesilla donde tenia los calcetines.
- ya puedes darte la vuelta.
- gracias, no has tardado mucho.
- me e vestido lo mas rápido posible.
- eso es bueno –dijo mientras le aparecía una sonrisa en la cara Mel que… ¿Qué tal todo?
- bien, se lo e contado, no e mentido hasta ahora no voy a empezar ahora.
- si bueno, y que ¿lo habéis arreglado?-dijo con entusiasmo, algo que a mi me pillo por sorpresa.
- si más o menos, me ha dejado esto-dije cogiendo la carta y se la di para que la leería- léela- estuve leyéndola y cuando terminó me miró y sonrió.
- he de reconocer que elegancia tiene, sobre todo una frase que a escrito al final.-dijo torciendo su sonrisa hacia un lado de su cara.
- ¿Qué te parece?
- ¿a mi?-dijo señalándose a si mismo- a mi no me parece nada, quien debe aclararse eres tu, yo no puedo decir nada soy un implicado en esta trama.
- hijo ni que fuera esto una telenovela
- yo diría que casi, casi-dijo moviendo la mano.
- no se que hacer ahora
- yo si, desaparecer como el, vete a un sitio a pensar y nada mas, sin que nadie pueda influir en tu decisión.
- si ya y como lo hago.
- mmm, espera que piense.
- no pienses tanto, que solo tienes una neurona.-dije riéndome, no pude resistirlo verle con esa cara de pensador, no pude reprimirme a meterme con el.
- ya esta-dijo saliendo de sus pensamientos, parecía que no me había oído mientras pensaba- mira, ahora iras a hablar con tu padre y le dirás que quieres escaparte unos días tu sola ¿vale?
- si bueno, y como le justifico que no esta Hugo conmigo.
- en eso también había pensado, le dirás que habéis tenido una riña y que habéis decidido estar cada uno por su lado, tu padre lo comprenderá, todas las parejas discuten.
- vale, bajo hablar con mi padre y luego hago la maleta y decido a donde nos vamos.
- no, no, no-dijo negando con los brazos- haber, vamos en orden, lo primero es lo primero, hacemos la maleta, luego bajas con tu padre y hablas con el, le explicas todo y después vas derecha al coche y arrancas y sales de tu casa tranquilamente- se acercó a mi- luego ya se nos ocurrirá un sitio en donde puedas estar a salvo y tranquila.
- vale- fui al armario y saque la maleta empecé a meter ropa y cuando termine baje a la cochera y lo metí dentro del coche, subí otra vez a mi habitación hay estaba Eneko sentado en mi cama, me acerque a el y me senté a su lado- deséame suerte.
- suerte, y recuerda no pienses para que no sepan lo que piensas.
- bien, allá voy-dije abriendo la puerta, salí de la habitación y cerré la puerta, baje las escaleras rápidamente y me dirigí hacia el despacho de mi padre, eran las 5 de la tarde, mi padre estaría terminando de miras papeles y demás; llame a la puerta y una voz salido de dentro.
- ¿si?-dijo la voz de desde dentro, al momento lo reconocí, era mi padre
- papa soy yo-dije un poco más alto de lo normal.
- entra- dijo mi padre, abrí la puerta y hay estaba mi padre sujetando con una mano los papeles y con las otras las gafas.-dime cariño, ¿pasa algo?
- si papa, más o menos.
- explícate-dijo dejando las gafas y los papeles en la mesa.
- papa, Hugo y yo…-baje la cabeza- hemos discutido, y …
- hija, eso es normal ¿Qué a pasado?
- papa, prefiero no hablar del tema.
- muy bien, pero Hugo no te habrá…-dijo poniéndose rojo de la ira pensando que podría haberme hecho algo grave.
- ¡PAPA! NO NADA DE ESO
- a bueno, ya me dejas mas tranquilo.
- papa, ¿confías en mí?
- si ¿Por qué me lo preguntas?
- lo que pasa es que…-dije levantándome de la silla y rodeando la mesa y me quede quieta a su lado.-papa, Hugo y yo nos hemos dado un tiempo y quisiera estar sola unos días.
- ya, y quieres que te deje ir sola por hay.
- si, te prometo que no me va a pasar nada.
- ya, y has pensando en donde ir.
- si
- ¿A dónde?
- a…. alicante, podría pasar allí unos días hasta el día de mi cumpleaños, volvería un día antes.
- y ya tienes preparada la malea y todo.
- si ya tengo listo el coche, solo me falta tu autorización y…
- dinero ¿me equivoco?
- papa yo… no, no te equivocas.- mi padre abrió su cartera y saco dinero.
- toma, con 500 euros espero que llegue, de todas formas te meteré dinero en la cuenta.
- gracias papa, te llamare todos los días-dije abrazándolo y dándole un beso.
- de nada, por cierto que es eso de que tu madre dice que Hugo y tu sois amigos y que Eneko es tu novio.-yo me puse blanca pero reaccione rápido.
- papa ¿Qué dices?; va mama se habrá quedado contigo y tu has caído como un tonto.
- si supongo, bueno cariño que tengas un buen viaje.
- gracias papa, por cierto hablando de mama, le avisas tu,,,
- si tranquila, ahora tu madre no esta en casa, esta con la madre de Eneko.
- gracias, me voy cuando llegue te pego un toque.
- conduce con cuidado.
- si papa, adiós.
- hagas lo que hagas piensa todo bien.
- si papa, eso are-al terminar la frase, abrí la puerta y fui hacia la cochera rápidamente, Eneko me estaba esperando.
- (ya estoy lista, ¿hacia donde voy?)
- (sal del barrio, ahora nos veremos)
- Iba conduciendo ya estaba saliendo del barrio, comencé a inquietarme no sabia hacia donde no me dirigía, ya estaba fuera del barrio y iba hacia la ciudad.
- ya estoy aquí-dijo Eneko que había aparecido en el asiento del copiloto, del susto frene en seco y Eneko se dio con la cabeza en el cristal.
- ¡por dios!-dije agitadamente-la próxima vez avisa ¡leñe!, casi nos matamos.
- vale, tranquila-dijo con disgusto- ahora, si su majestad no le importa podrías comenzar a conducir.
- si con mucho gusto, pero hay un pequeño problema-dije enfadada.
- ¿Cuál?
- ¿A dónde nos dirigimos? No se a donde conducir.
- conduce a las afueras de la ciudad, paramos mas tarde ahora lo que tenemos que hacer es salir de la ciudad.-arranque el coche y salimos de la ciudad, llevaba mas de una hora conduciendo, sin ningún rumbo, parecía un barco a la deriva.-aparca allí- dijo señalando una parada con mesas de mármol, uno de las cuales hay en todas las carreteras.
- y ¿bien?
- bien que
- nada, tengo hambre-dije cuando sentí sonar mis tripas.
- vamos a comer-dijo bajando del coche, fue a la parte de atrás del coche saco una mochila negra.
- y ¿eso? Pero ¿Cuándo…-dije a la vez que se sentaba en una de las mesas- tienes hambre ¿no?, pues eso a comer.
- esa mochila no es mía.
- claro que no es tuya, es mía la traje mientras tu estabas hablando con tu padre.-metió la mano en la mochila y saco barios bocadillos en papel albal- ¿de que quieres, mortadela o pavo?
- mortadela- el me tendió un bocadillo y lo abrí y le di un mordisco.-mmm, comida- con las prisas, no me había dado cuenta que no había comido desde ayer.
- Mel, tengo agua nada más.
- perfecto, para que más.
- espera aquí ahora vuelvo- se levanto y fue hacia el coche anduvo
- en la puerta del coplota y trajo un libro, al principio no sabia no lo identifiqué, pero una vez estado mas cerca lo identifique a la primera era la guía CAMPSA.
- traes un mapa de carreteras, muy bien.
- gracias, ahora tenemos nos toca decidir a hacia donde vamos.
- ¿vamos?
- si tu y yo.
- no de eso nada, necesito estar sola y tranquila, tengo que pensar.
- mmm, ya-dijo rascándose de la cabeza.
- di, que te estas cayado.
- no nada
- dilo, no te lo calles
- tu lo has querido, haber, teniendo en cuenta que la mitad de mi familia desea que estés muerta, además no sabe nada de que Hugo es de Litago, pero tarde o temprano no se enteraran, esta mañana casi nos pillo tu padre gracias a tu madre.
- mi madre estaba sobre el hechizo de Hugo, ella…
- ya no tiene la culpa, pero se hubiera armado una muy grande, dentro de dos semanas será nuestro cumpleaños y hasta entonces tendrás tiempo para pensar, ahora solo nos queda buscar un sitio en donde yo sepa que estés bien y segura.
- a mi padre le he dicho que iba a ir a alicante.
- vale eso nos da casi 12 horas de margen, ahora son las 7 de la tarde eso quiere decir que llegaremos supuestamente sobre las 7 de la mañana.
- vale, supongamos que me acompañas y luego te iras.
- estaré cerca, no me iré.
- no de eso nada, te dejo que me acompañes pero no que te quedes.
- no hay discusión posible sobre este tema, así que lo tomas y nos vamos o lo dejas y te llevo a tu casa en menos de que pronuncies mi nombre al completo.
- ENEKO TU NO PUEDES…-dije chillando y levantándome del asiento.
- que no puedo ¿Qué?-dijo tranquilamente con una sonrisa en la cara.
- esta bien, acepto-dije mientras me sentaba, tenia el toda la razón y me había ganado-Eneko dame el libro- lo abrí y comencé a ojear lo distintos sitios, estuvimos una hora mirando distintos sitios del mapa, pero no nos poníamos de acuerdo.
- Mel, llevamos una hora y no nos hemos decidido en una hora empezara a anochecer, tenemos que decidir un sitio.-dijo en pero yo no le hacia mucho caso, estaba perdida en mis pensamientos y en ese momento me acorde del lugar secreto de Eneko y sonreí- y ahora ¿por que sonríes?
- Eneko yo… se me a ocurrido un sitio, pero no se si tu querrás.
- haber sorpréndeme, que se te ha ocurrido esta vez.
- a tu escondite secreto, es el lugar perfecto solo lo conoces tu y ahora yo.
- si, no es mala idea
- anda Eneko, por fa-dije poniendo las manos en forma de rezo y con cara de niña buena-hay podrás tenerme vigilada.
- esta bien, pero tendremos que hacerlo tele trasportándonos
- ¿podrás? –dije señalando con la cabeza el coche.
- si, pero luego andaré un poco agotado.
- pues vamos-me levante y le ayude a recoger todo, nos montamos en el coche y le di la mano, cerré los ojos.
- Mel ya estamos- dijo sin soltarme la mano, abrí los ojos y estábamos delante de la casa.
- de noche es mas bonito- dije mirando todo, le solté a mano y salí del coche, había luna llena y se reflejaba en el lago, parecía que había dos lunas.
- Mel, voy a ir a dormir un poco, aquí estarás a salvo-dijo eso fue hacia la casa y abrió la puerta y entro cerrando la puerta detrás suya, saque el móvil de mi bolsillo, mire las rayitas que tenia de cobertura, tenia nada mas que dos, con eso bastaría, mas tarde tendría que llamarme, estuve un rato andando alrededor de la casa pero al cabo de un rato me canse y comencé a tener sueño así que fui al coche y abrí el maletero para sacar mi maleta, me sorprendió que aparte de la mía y la mochila negra de Eneko había otra maleta mas, seria de Eneko de quien mas sino; así que saque todas las maletas del coche y como pude llegue a la casa de Eneko cargada con ellas, las deje en la misma puerta y la abrí encendí las luces y vi a Eneko en la cama tumbado con los ojos cerrados, estaba durmiendo, se le veía con cara angustiado, metí las maletas en la casa como pude y me senté en el sofá que había y me recosté como pude y me quede dormida, aunque la cama era muy grande no me atrevía a dormir en la misma cama que el.

- Melisa, despierta son las 7 de la mañana.
- ¿Qué?-dije con la voz adormilada.
- Mel tienes que llamar a tu padre, ¿recuerdas?
- a si, es verdad-busque mi móvil en mi bolsillo y me di cuenta que estaba en la cama, el debió de darse cuenta de mi reacción.
- Mel, me desperté a las 4 de la mañana y te deje en cama pensé que estarías mejor durmiendo en la cama.
- gracias- dije sonriéndole, cogí el móvil y marque el número de mi padre, un tono, dos tonos, tres tonos.
- ¿Si?
- papa, soy yo
- Melisa, como estas, ¿has llegado bien?
- si papa, ahora voy a desayunar y luego buscare un hotel.
- vale cariño, si necesitas algo llámame y me presentare hay.
- gracias papa, bueno ahora te voy a dejar tengo hambre y sueño.
- de acuerdo cariño, cuídate; llama a la noche a tu madre no se lo a tomado muy bien.
- esta bien, hasta la noche.- y colgué- ¿Cómo estado?
- convincente-dijo sonriendo y bostezando.
- en fin, sigo con sueño ¿dormimos un poco mas?-dije dando unas palmadas en la cama.
- si tengo sueño yo también-dijo mientras se recostaba en el sofá, era de una persona nada más.
- ¿Qué haces?
- intentar dormir ¿por?
- anda vente a la cama, es lo suficientemente grande para los dos.
- ¿estas segura?
- si anda ven, ese sofá te va a destrozar la espalda- así que se levanto y se tumbo al otro lado de la cama, le sonreí cuando le vi en la cama tumbado- que descanses.
- tu también- y dormimos unas horas mas.

Eran las 11 de la mañana y me había despertado como nueva mire a la habitación y no estaba Eneko, desde la ventana entraba un sol radiante, me levante y me fui al baño me duche, después de peinarme y vestirme fui a los armarios de la cocina comencé a abrirlos, no había nada; cogí el teléfono y llame a Eneko.
- Melisa veo que has despertado.
- si bueno, estaba mirando los armarios de tu cocina...
- si ya se que no hay nada, e ido al supermercado a compra algo de comida,¿te apetece algo?
- mmm, chocolate
- marchando una tableta de chocolate, ¿algo mas?
- déjame pensar…si bueno trae queso de bola.
- vale, pues ahora llegare dame 5 minutos.
- venga el tiempo corre, estoy empezando a contar; uno, dos…
- cronométrame
- ya lo estoy haciendo- colgó; habían pasado 4:38 minutos estaba mirando por la ventana, pero no le vea venir.
- ya estoy aquí- dijo una voz detrás mío.
- ENEKO TE HE DICHO QUE NO HAGAS ESAS COSAS
- te he dicho que no hagas esas cosas-dijo en tono burla
- Enekooooo-dije cabreada
- Melisa, ayúdame anda que no puedo con todas las bolsas- le ayude y ordenamos toda la comida en los armarios y en la nevera; desayunamos rápido.
- Eneko
- si
- creo que deberías dejarme sola, ya se que es tu casa y eso pero…
- lo entiendo, si te parece bien a la noche vendré a cenar contigo.
- luego te digo vale
- esta bien, hasta luego –me dio un beso en la mejilla y se fue.-en fin, por fin sola-dije en voz alta, abrí la mochila y de ella callo el libro de rojo de mi abuela, podría estudiar un poco; así que estudie un rato, cuanto mas leía mas quería cada vez me gustaba el legado familiar que me habían dejado; después de horas y horas estudiando comí y me dispuse a salir pero al llegar a la puerta me acorde del lago así que fui al armario y cogí el bikini me lo puse y me volví a vestir y me dirigí al lago, hacia mucho calor y lo único que podía quitarme la cesación de ahogo era adentrarme dentro del lago, así que eso mismo hice estuve nadando y buceando; en todo el día lo único que había hecho era distraerme para no pesar el por que de mi viaje inesperado, pero yo no quería eso me hacia ponerme con angustia y muy triste, así que seguí nadando pero no era suficiente, se puede nadar y pensar a la vez, tras un buen rato de nadar y harta de luchar conmigo misma Salí del agua y me dirigí a la casa, me quite toda la ropa y me duche, saque un pijama de la mochila y busque ente los cajones un bolígrafo y un papel, era la hora de enfrentarme a mi miedos y tenia la solución que nunca fallaba, tenia que hacer dos listas de cosas buenas y malas de cada uno, era una forma de enfrentarme a mi problema, así que comencé poniendo los dos nombres.

HUGO ENEKO
Bueno Malo Bueno Malo
-me quiere me ha ayudado a pasar todo lo de mi familia.
-no me ha presionado en nada.
-me ha demostrado comprensión.
-me encantan sus ojos
-me pierde esa sonrisa picarona -se a liado con la peliteñida de la prima de Eneko, y para colmo me dice que no tenia elección -me quiere.
-ha puesto su vida en peligro por mi.
-quiere que me arregle con Hugo, aun queriéndome.
-el solo quiere que sea feliz.
-tiene buen culo - se a pasado media vida fastidiándome.
-no quiere dejarme sola, cosa que me agobia no me deja pensar claramente

La idea de poner las cosas buena o malas no me había aclarado mucho, seguía con dudas, pensé en Hugo lo echaba de menos pero debía resistir en llamarle, pero quería decirle que le echaba de menos, mire le reloj eran las 10 de la noche y no quería cenar sola, lo odiaba y mas ahora que me había pasado el día sola, así que cogí el móvil y fui a llamar a Eneko , pero me lo pensé mejor para que gastar saldo si tenia la posibilidad de hacerlo gratis, pensé a en el y decidí llamarlo.
- (Eneko, me escuchas)
- (si, dime)
- (puedes venir…)
- (si ahora voy)
- (hasta ahora)
- ya estoy aquí- dijo apareciendo delante mío
- uf, veo que has cambiado en tu forma de aparecer.
- siempre tan dulce
- si bueno hay cosas que nunca cambian
- ¿para que querías que viniera?
- es que no quería cenar sola-dije en voz muy baja
- ah, osea que me hechas de menos ¿no?
- serás creído, solo es que odio cenar sola, solo eso o preferirías que hubiera llamado a Hugo y así conocería tu sitio secreto.
- no eso no me hubiera hecho gracia.
- ¿has cenado?
- no, sabia que me llamarías-dijo con cara de niño pícaro y con una sonrisa de creído.
- Eneko serás creído, en fin voy a ver que hay en la nevera-mire la nevera y había de todo un poco, saque una lechuga y tomate, había sanjacobos y hamburguesas y no sabia que coger- Eneko, ¿hamburguesa o sanjacobo?
- sanjacobo- dijo mientras sacaba de un armario una sartén, deje los sanjacobos en la encimera y empecé a lavar la lechuga.
- Eneko vas friendo los sanjacobos mientras todo preparo la ensalada anda.
- Mel, se me ha olvidado compra aceite y vinagre.
- y ahora que hacemos.
- espera ahora vuelvo
- vale, pero trae una cosa mas
- el que
- ajo
- ¿ajo?-dijo con cara rara
- si tu tráelo no hagas preguntas
- esta bien, hasta ahora- y desapareció; ya había picado la lechuga y tenia los platos colocados en la mesa y había sacado una botella de coca-cola, estaba ya todo preparado, solo faltaba aliñar la ensalada y freír los sanjacobos.-ya estoy aquí.
- ¿has traído todo?-dije acercándome a el y quitándole la bolsa de la mano.
- si alguna cosa mas-dijo riéndose
- haber, que has traído, aceite, vinagre, ajos, sal, nata, fresas y virutas de chocolate; mmm que rico ¡¡dios bendiga al que invento el chocolate!!-dije mientras cogía una viruta de chocolate y me la comida, empecé a reírme.
- veo que te ha gustado el postre.
- si mucho, a veces veo que utilizas eso que tienes debajo del pelo.
- Mel
- ¿Qué? esto es nuevo para mi, tu un chico atento jajaja, me lo llegan a decir esto alguien en enero y le hubiera llamado loco.
- jajaja, venga voy a freír mientras tu aliñas la ensalada
- míralo ahora dando ordenes, jajaja, podría echar un poco de ajo en la ensalada.
- por esta vez vale, pero que no se repita-me dijo con voz grabe pero en broma.
- gracias señor, no se volverá a repetir mi señor-dije poniendo una mano en la sien, haciendo como un cabo de la mili a su coronel.
- anda deja de hacer tonterías, que tengo hambre- así que termine de preparar la ensalada y la coloque encima de la mes y me senté, el cogió la sartén y me sirvió dos sanjacobos y el otro dos.
- quieres que fría más.
- no así esta bien.
- pues a cenar-dijo mientras dejaba la sartén en la fregadera y se sentaba, cenamos tranquilos, me estuvo contando que Itxaso estaba histérica que no hacia mas que andar detrás de todo enseñando como la niña se movía dentro de la tripa, y como Raúl se estaba poniendo ya atacado, que tenia ganas de ver a su niña en sus manos, después de cenar recogimos los platos yo quise fregar pero Eneko no quería que fregara, que lo haría el, así que me Salí fuera y puse a mirar hacia la nada.
- que miras-me dijo Eneko mientras se rascaba la cabeza.
- las estrellas, me gustaría ser una de ellas.
- ¿por?
- supongo que ellas lo tienen más fácil, su vida no es muy complicada.
- mirado así, pero toda la vida igual que aburrido
- ya, pero mas tranquilo
- a veces Mel, necesitamos sufrir para luego tener la felicidad.
- eso es muy relativo, por ejemplo lo que para mi es felicidad para otra persona puede ser un martirio.
- si, por eso todo es según con que ojos los mires.
- da igual, me relaja ver las estrellas.
- Mel dime un sueño que tengas.
- Bueno tengo muchos.
- uno si tengo, pero ni soy millonaria y es mucho viaje.
- no tiene por que ser así, venga dímelo es sábado y podemos hacer alguna locura, como amigos.
- si es como amigo vale.
- dígame su sueño
- me gustaría ir a Atenas, a ver las ruinas.
- tus deseos son órdenes para mí, así que si aquí son las 11:45 allí serán las 12:45.
- espera me cambio, no pretenderás que vaya en pijama.
- por mi-dijo sonriendo mirándome de arriba a bajo.
- Eneko-dije poniendo los ojos en blanco, abrí el armario y saque unos pantalones corto blancos de vestir y una camisa negra, saque las parisinas blancas, y me cambie en el baño, me maquille muy suavemente la raya en el ojo y rimel y un poco de colorete, me deje el pelo suelto, Salí de baño.- ya estoy –mire en la habitación y no había nadie-¿Eneko?-fui a la puerta y la abrí mire fuera pero no estaba.-(Eneko se puede saber donde narices te has metido)
- estoy detrás tuya-pegue un brinco y me di la media vuelta, con una mano en el corazón y respirando agitadamente.
- Eneko, deja de hacer eso un día de estos me vas a matar.
- perdona, fui a casa a cambiarme- del susto no me di cuenta que el llevaba otra ropa, se había puesto unos vaqueros grises claros con una camiseta roja, y sus deportivas blancas de TOMY.
- ya veo, bueno vamos.
- si-dijo poniéndome una mano en mi cintura-agarra esto es mas difícil que ir a casa.
- no me sueltes-dije temblando
- tranquila, por cierto estas muy guapa-dijo acercándose a mi oído-cierra los ojos.-los cerré y le abracé la cintura fuertemente, estaba contando para entretenerme, iba ya por el 67 cuando Eneko me dijo-abre los ojos-los abrí estábamos en un puerto, la luna se reflejaba en el mar.
- esto es precioso.
- lose
- a ¿si? Y eso
- por que ya había estado aquí antes.
- ¿Cómo?
- si bueno, digamos que me gusta viajar a todas partes y con este don me sale económico.
- que suerte, yo no los únicos dones que tengo no me sirven para mucho, bueno uno para ahorrar en la factura de teléfono y el otro ni se todavía.
- date un poco de tiempo
- creo que eso en nuestra familia nos sobra
- no pienses en eso ahora y disfrutemos de la noche de Atenas
- si venga- me cogió de la mano y a mi no me molestaba, íbamos como amigos ¿no? En eso no había ninguna malicia, anduvimos por la parte vieja de Atenas la gente era muy amable, bebimos chupitos de distintas clases y bailamos, a las 4 de la mañana estaba un poco cansada y un tanto contentilla aunque Eneko se empecinaba que estaba algo mas que contentilla.
- Mel, creo que estás un tanto borracha.-dijo riéndose, estábamos sentados en una terraza, estaban recogiendo pero se estaba tan bien.
- y me lo dices tu, que no puedes terminar un palabra sin repetir su ultima silaba.-dije riéndome, me empezó una sonrisa tonta, de esas que empiezas y no sabes como terminar.
- ¡he! No te pases-dijo levantándose de la silla-venga vamos, que si no nos van a echar- andaba tambaleándose un poco, estuvo a punto de caerse, yo me levante rápidamente y le cogí un brazo, colocándomelo en los hombros.
- si será mejor irnos- anduvimos un rato, pero tras dar varias vueltas no sabia a donde ir, estaba ya poniéndome bien, yo no había bebido tanto como Eneko.
- Mel, creo que no he hecho bien trayéndote aquí.
- anda Eneko deja de decir tonterías.- me soltó y se puso delante de mi.
- ¡NO! No estoy diciendo tonterías, Mel yo…
- Eneko, recuerda ¡solo amigos!, por ahora no te puedo dar más.
- lo se, y creeme que se mas que eso, ya se que jamás seremos algo mas que amigos.
- eso no lo sabes, yo… todavía no me he decidido necesito tiempo.
- ¡y un cuerno! Eso no es cierto, tu lo que necesitas es a Hugo, al tío bueno de Hugo que tiene una sonrisa picarona y sus ojos te vuelven loca.
- ¡Eneko! ¿a que viene eso, y como sabes que…?
- lo leí, vi un papel en la mesa de la cocina, a si se me olvidaba yo tengo un buen culo ¡OH muchas gracias! Pero que sepas que tengo una cara también, mira yo también sonrío, pero claro mi sonrisa no es picarona-dijo mientras hacia muecas con la cara poniendo distintas sonrisas- así que como te gusta tanto mi culo- se dio la media vuelta y comenzó a manoseárselo- mira aquí lo tienes, todo para ti.
- ¡ENEKO YA VASTA!-el se dio la media vuelta con las manos cerradas en dos puños
- NO MELISA, YA VASTA ¡NO!; MIRA NO HAGO MAS QUE VER COMO ESTAS LLORANDO POR ESE TIO, TE A PUESTO ENTRE LA ESPADA Y LA PARED.
- YO TAMBIEN TENGO MI PARTE DE CULPA ¿RECUERDAS?
- SI LO RECUERDO MUY BIEN, DURANTE UNOS MINUTOS FUISTE MIA NO DE ESE...
- ¡NO TE ATREVAS!
- LO VES Y AUN LE DEFIENDES, NO SE A QUE ESTAS ESPERANDO.
- ME E PERDIDO
- TU TRANQUILA QUE YA TE BUSCO YO, LE DEFIENDES ESTA CLARO QUE ES EL QUIEN TE IMPORTA NO YO, YO SERE SIEMPRE EL ETERNO AMIGO.- empecé a llorar, lo que había comenzado en una juerga de dos amigos, estaba terminando en una discusión y lo peor de todo es que mi corazón se estaba haciendo añicos.
- LO SIENTO, PERO SI ESTOY EN ESTA SITUACION ¡ES POR TU CULPA!-dije llorando, no me podría creer lo que había dicho pero era la verdad, era lo que sentía en mi interior
- POR MI CULPA ¡JA!
- ES CIERTO, SINO ME HUBIERAS BESADO.
- PERDONA LA PRIMERA EN BESARME FUISTE TU.
- si bueno pero…-seguía llorando y no me salían las palabras-Eneko yo…
- Mel no digas nada mas, es mejor dejarlo así.-dijo a la vez que me ponía un dedo en el labio, intentando así callarme.
- NO DE ESO NADA, TU HAS DICHO TODO LO QUE QUERIAS AHORA ME TOCA A MI.-dije apartándole la mano
- BIEN, VEO QUE QUIERES SEGUIR DISCUTIENDO, ADELANTE POR MI NO TE CORTES.-y se sentó en el suelo yo hice lo mismo.
- podemos hablar sin chillar, por favor.
- si será mejor por que sino van a llamar a la policía y nos van a detener por escándalo publico.-dijo riéndose, por un momento creí que se había olvidado de su enfado- ¿y bien?
- si, ya…-me puse nerviosa, respire hondo intentando calmarme pero me era imposible- vale admito que yo te beses primero, pero ese beso fue un impulso admito que lo hice cabreada.
- ¡lo ves!
- déjame terminar- el sonrió-pero la noche de la fiesta, cuando subimos a tu habitación y me besaste.
- cosa que lamento, si no lo hubieras hecho no estaríamos aquí discutiendo.
- Eneko no lo ves
- que tengo que ver
- Eneko esa noche lo cambio todo, tu me besaste y yo…
- tu que-dijo haciendo un gesto con la mano haciendo un circulo
- yo te correspondí, si no llega a ser por que te apartaste yo no me hubiera parado.
- Mel no sigas por hay.
- tengo que hacerlo
- ¿para que?
- es que no lo ves
- si, claro que lo veo-dijo levantándose yo hice lo mismo.
- Eneko…
- mira Mel, no estamos haciendo daño y eso no es lo que yo quiero, así que dejas las cosas como están, vuelve con Hugo y asunto resuelto.-después de hablar se dio la media vuelta y fue andando hacia delante.
- ¡NO!-dije mas alto que en toda su vida, el se paro en seco y se dio la media vuelta
- ¿NO?
- no eso no es lo que quiero-por fin me había decidido o eso era lo que yo creía.
- Mel estas borracha, no sabes lo que dices.
- no Eneko, si se lo que digo-dije acercándome a el, pero me acerque demasiado estamos cara contra cara, casi podía sentir la respiración entre cortada de Eneko.
- Mel, no me hagas esto por favor.-dijo con los ojos un poco brillantes, verle sufrir me estaba matando.
- debo hacerlo, Eneko creo que estoy...
- Mel, no lo digas-dijo tapándome la boca con la mano, yo se la aparte cuidadosamente.
- estoy enamorada de ti-lo había dicho, sabia que algo en mi lo decía a gritos pero no quería aceptarlo, Hugo era muy bueno y también le quería y eso era lo que me pasaba si fuera un tío malo para mi seria mucho mas sencillo todo.
- Mel, no necesito un cariño por lastima.
- Eneko, no es por lastima enserio yo te quiero, no me había dado cuenta hasta ahora, al verte que te podía perder… lo he visto claro.-dije andando de un lado a otro de la calle, estaba muy nerviosa, como podía hacerle esto a Hugo, pero era la verdad así que debía de afrontarlo.
- Mel ¿Estas segura?, pero que digo claro que no, estas borracha.
- no Eneko no estoy, quieres que lo repita.
- no digas lo que no sientes- dijo con a cabeza baja., abrí los brazos y comencé a dar vueltas sobre mi misma y grite.
- ENEKO ESTOY ENAMORADA DE TI- cuando termine la frase me desplome pero justo cuando iba acabar estampada en el suelo, me rodearon unos brazos, era Eneko con una felicidad inmensa en la cara.
- Mel te quiero, agarra fuerte-me agarre a el y apoye mi cabeza en su pecho y cerré los ojos, sentí los labios de Eneko en mi frente, un calido beso pero corto.-ya estamos en casa, abre los ojos.-yo abrí los ojos, Eneko me estaba dejando en la cama tumbada.-ahora descansa, a sido una noche muy ajetreada será mejor que duermas.
- no quiero dormir, quiero hablar ahora mismo con Hugo y dejar las cosas claras-dije pataleando en la cama, como una niña que no quiere dormir todavía.
- eso lo puedes hacer mañana-dijo recostándome otra vez en la cama y quitándome los zapatos, fue hacia un armario y saco una manta-ahora descansa, mañana puede que lo veas todo mas claro.
- yo lo veo…- quise terminar la frase, pero no pude el sueño pudo conmigo.

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